Culture Class
Clase de cultura

Culture Class
Story and photos by Desiree Johnson

In 2016, Iman Abdul was a senior in high school.
The presidential election was in high gear and emotions were running strong, even in the school’s hallways.
“I went to a predominantly white school,” she said. “We would have students running down the hall in MAGA hats screaming ‘White supremacy!’”
Beyond the disruption, Abdul said the taunts roused a deeper concern.
“As students of color, the few students [were there], we felt extremely uncomfortable and unsafe in our own school,” she explained.
That disquiet has endured for Abdul, who is now enrolled at City College and is studying education.

On October 4, she was one of approximately 100 advocates, including members of parent advocacy groups such as Coalition for Educational Justice (CEJ), New York Communities for Change (NYCC) and Masa, gathered at the Department of Education headquarters to call for the creation and adoption of a “culturally responsive curriculum” in New York City schools.
“I know, firsthand, that my children do not get a diverse curriculum or reading materials,” said Natasha Capers, CEJ Coordinator and mother of two school-aged children. “It has to be a core component of how we teach students in New York City public schools.”
CEJ bills itself the city’s largest public school parent coalition, and it says though the de Blasio administration has made some strides by investing in implicit bias and culturally responsive education training, more needs to be done.
A recent CEJ report analyzed the reading materials and educational programs commonly utilized in the city’s elementary schools. The report concludes that 88 percent of the authors in the Teachers College Reading and Writing curriculum were white; 3 percent black; 5 percent Latinx; and 3 percent Asian—despite black and Latino students making up more than half the student population. The report was also critical of other DOE curriculum programs for similar gaps in representation.

“There’s also a misunderstanding about what we need,” said Elzora Cleveland, CEJ Parent Leader. “We’re not talking about an international, one, single day where everyone brings diversified foods to the table from their country. That’s not what we mean by culturally diverse. We’re talking about library materials that reflect not just a picture of a black person, but things that are actually written by a black person that depict black people in our struggles or Latinx, Asian-American, of all cultures.”
Advocates identified four key priorities that they argue would address some of the gaps outlined. They include ensuring that all schools teach curriculum that reflects students’ histories and backgrounds, starting in the earliest grades; requiring that all schools (from pre-K to 12th grades) offer dual language programs; ensuring that libraries more broadly reflect diverse cultures, languages, abilities, religions and identities; and developing culturally responsive curriculum with teams of teachers in each subject and grade level, in collaboration with families, students and community.
“If our children learn about our past, they would feel more identified,” said parent Yenny Zepeda. “There are a lot of parents like myself interested in a culturally responsive curriculum.”
Though parents said that daily life in New York offered rich lessons for their children, the need for their experiences to be reflected in their schooling and instruction could not be ignored – and noted that it also could yield greater understanding.

feel more identified,” said parent Yenny Zepeda.
“I feel good that my children study in New York City,” said parent Ofelia Feliciano. “But I would like it if they talked about their culture and respect [in school] so there wouldn’t be bullying and discrimination.”
Abdul said the incidents in high school prompted her to join the youth-led organization IntegrateNYC, which advocates for greater representation and equity in schools.
“I work around restorative justice and representation, and resource allocation,” said Abdul. “[It’s all the] different factors that go into making a school just.”
As the prepared remarks wound down, troupe members of the Wabafu Garifuna Dance Theatre from the Bronx took to the steps for a live performance. The Garifuna, also known as the Black Caribs, identify as Afro-Caribbean, descended from West African slaves brought to the Caribbean by Europeans. They share unique customs and a native Garifuna language.
The group was dressed in bold red and blue strokes, and their performance, which included percussion and drumming, elicited broad smiles and rhythmic clapping.

That presentation on Chambers Street was emblematic, explained Cleveland, of what was missing in the classroom.
“We have a long way to go,” she said. “We have a lot of work to do.”
For more information, please visit The Coalition for Educational Justice at nyccej.org.
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Historia y fotos por Desiree Johnson

Garifuna se unieron.
En 2016, Iman Abdul era una estudiante de último año de bachillerato.
La elección presidencial estaba en marcha y las emociones eran fuertes, incluso en los pasillos de la escuela.
“Fui a una escuela predominantemente blanca”, dijo. “Teníamos estudiantes corriendo por el pasillo con sombreros de MAGA gritando: ¡Supremacía blanca!”.
Más allá de la perturbación, Abdul dijo que las burlas despertaron una preocupación más profunda.
“Como estudiantes de color, los pocos estudiantes [que estábamos ahí], nos sentíamos extremadamente incómodos e inseguros en nuestra propia escuela”, explicó.
Esa inquietud se ha mantenido con Abdul, quien ahora está inscrita en el City College y está estudiando educación.

Nueva York (MRNY).
El 4 de octubre, fue una de las aproximadamente 100 defensoras, incluyendo miembros de grupos de defensa de padres como la Coalición por la Justicia Educativa (CEJ, por sus siglas en inglés), Comunidades de Nueva York por el Cambio (NYCC, por sus siglas en inglés) y Masa, que se reunieron en la sede del Departamento de Educación para solicitar la creación y adopción de un “plan de estudios culturalmente sensible” en las escuelas de la ciudad de Nueva York.
“Sé, de primera mano, que mis hijos no reciben un plan de estudios ni materiales de lectura diversos”, dijo Natasha Capers, coordinadora de CEJ y madre de dos niños en edad escolar. “Tiene que ser un componente central de cómo enseñamos a los estudiantes en las escuelas públicas de la ciudad de Nueva York”.
CEJ se llama a sí misma la mayor coalición de padres de escuelas públicas de la ciudad, y dice que aunque la administración De Blasio ha logrado algunos avances al invertir en el sesgo implícito y la capacitación educativa culturalmente receptiva, es necesario hacer más.
Un informe reciente de la CEJ analizó los materiales de lectura y los programas educativos comúnmente utilizados en las escuelas primarias de la ciudad. El informe concluye que el 88 por ciento de los autores en el plan de estudios de lectura y escritura de Teachers College eran blancos; 3 por ciento negros; 5 por ciento latinxs; y 3 por ciento asiático, a pesar de que los estudiantes negros y latinos representan más de la mitad de la población estudiantil. El informe también fue crítico con otros programas curriculares del DOE por brechas similares en la representación.

“También hay un malentendido sobre lo que necesitamos”, dijo Elzora Cleveland, líder de padres de CEJ. “No estamos hablando de un solo día internacional en el que todos traigan alimentos diversificados de su país a la mesa. Eso no es lo que queremos decir con diversidad cultural. Estamos hablando de materiales de la biblioteca que reflejan no solo la imagen de una persona negra, sino las cosas que en realidad están escritas por una persona negra que representa a las personas negras en nuestras luchas, o latinoamericanas, asiáticas, y de todas las culturas”.
Los defensores identificaron cuatro prioridades clave que, argumentan, abordarían algunas de las brechas descritas. Estas incluyen: asegurar que todas las escuelas enseñen un plan de estudios que refleje las historias y antecedentes de los estudiantes, comenzando en los primeros grados; exigir que todas las escuelas (desde preescolar hasta el grado 12) ofrezcan programas de lenguaje dual; asegurar que las bibliotecas reflejen más ampliamente las diversas culturas, idiomas, habilidades, religiones e identidades; y desarrollar un plan de estudios culturalmente sensible con equipos de maestros en cada materia y nivel de grado, en colaboración con las familias, los estudiantes y la comunidad.
“Si nuestros hijos aprendieran sobre nuestro pasado, se sentirían más identificados”, dijo la madre Yenny Zepeda. “Hay muchos padres como yo, interesados en un plan de estudios culturalmente sensible”.
Si bien los padres dijeron que la vida cotidiana en Nueva York ofrece ricas lecciones para sus hijos, la necesidad de que sus experiencias sean reflejadas en su escolarización e instrucción no puede ignorarse, y señalaron que también podría generar una mayor comprensión.

madre Ofelia Feliciano.
“Me siento bien que mis hijos estudian en la ciudad de Nueva York”, dijo la madre Ofelia Feliciano. “Pero me gustaría que hablaran sobre su cultura y respeto [en la escuela] para que no haya acoso ni discriminación”.
Abdul dijo que los incidentes en la preparatoria la impulsaron a unirse a la organización liderada por jóvenes IntegrateNYC, que aboga por una mayor representación y equidad en las escuelas.
“Trabajo en torno a la justicia restaurativa y la representación, y la asignación de recursos”, dijo Abdul. “[Todos] diferentes factores que intervienen en hacer una escuela justa”.
A medida que terminaban los comentarios preparados, miembros de la compañía del Teatro de Danza Wabafu Garifuna del Bronx tomaron las escalinatas para una actuación en vivo. Los garífunas, también conocidos como los caribes negros, identificados como afrocaribeños, descienden de esclavos de África Occidental traídos al Caribe por los europeos. Comparten costumbres únicas y una lengua garífuna nativa.

El grupo estaba vestido con atrevidos trazo rojos y azules, y su actuación, que incluyo percusión y batería, provocó amplias sonrisas y palmas rítmicas.
Esa presentación en la calle Chambers fue emblemática, explicó Cleveland, sobre lo que falta en el aula.
“Tenemos un largo camino por recorrer”, dijo. “Tenemos mucho trabajo por hacer”.
Para obtener más información, visite la Coalición por la Justicia Educativa en nyccej.org.