
The sounds of success
Story and photos by Sherry Mazzocchi

Germania Martínez’s son Ivan, 13, has studied the violin and then the piano for the past two years. At first, he wasn’t exactly enthusiastic.
Practicing meant that he’d spend less time playing video games.
“But it was a good thing for him,” his mother said. Not long after studying with the Washngton Heights Community Conservatory (WHCC), Ivan also enrolled in his school’s band program and took part in the school’s shows.
“It opened up a whole new world,” she said.
That’s a scenario familiar to Adán Vásquez, a classically trained harpist who’s performed with several orchestras.
He has also taught music at the Gregorio Luperón High School for the past 17 years. “I see many kids with talent but they don’t get to develop that talent,” he said.
Three years ago he decided to change that and to expand the opportunities for local youths seeking to develop their skills.
He founded the Washington Heights Community Conservatory.
It is a free, six-year program designed to take children who know nothing about music and turn them into musicians who could qualify for colleges like Julliard or the Manhattan School of Music.

The school has about 75 students, studying music in the conservatory style. They learn to read music from day one and get individual lessons.
“We are very rigorous about the discipline of practicing every day,” Vásquez said.
Like Vásquez, most of the instructors are members of the Association of the Dominican Classical Artists. When the organization started in 1980, they had concerts once a year.
When Vásquez became president of the Association, he decided to create a series of concerts in the community. “I want people to have exposure to classical music and [to] Dominican composers,” he said.
Now, WHCC has two concerts each year in which students show off their skills.
First-year students start off with string instruments like the violin, viola or the cello. Then, they have the option of learning the harp or the piano. Eventually the program plans on adding woodwinds, brass and percussion.
Vásquez hopes to hire more teachers for the fall semester. Extra instructors mean that the school will have space for 20 more students in the fall and they could offer slightly longer private lessons.

The private lessons are important, he said, because everyone learns at a different pace.
“You may be really fast with technique or be really fast learning how to play the black keys,” he said. “But then the other kid is not very fast, but he’s good at playing two notes at the same time. They will get something that they won’t get in regular classes.”
Music is an important part of a child’s education, he said. Its concepts are abstract and learning it is similar to learning mathematics or a new language. “If you work with music, your brain is working.”
Both Martínez and Vásquez agreed that music opens doors for children.
“This will build up his future,” Martínez said. “Especially when he applies to college.”
One of the most rewarding parts of the program is seeing how quickly students progress. “They learn three notes and already they can play something,” Vásquez said. “Right away, that’s progress.”
For more information, please visit the Washington Heights Community Conservatory at https://www.facebook.com/TheWashingtonHeightsCommunityConservatory.
El sonido del éxito
Historia y fotos por Sherry Mazzocchi

El hijo de Germania Martínez, Iván, de 13 años, ha estudiado el violín y el piano durante los dos últimos años. Al principio él no se sentía muy entusiasmado.
Practicar significaba que pasaría menos tiempo jugando juegos de video.
“Pero fue bueno para él”, dijo su madre. No mucho tiempo después de estudiar en el Conservatorio Comunitario de Washington Heights (WHCC por sus siglas en inglés), Iván también se inscribió en el programa de banda de su escuela y participó en espectáculos escolares.
“Se abrió un mundo completamente nuevo”, dijo.
Ese es un escenario familiar para Adán Vásquez, un arpista de formación clásica que ha tocado con varias orquestas.
También ha enseñado música en la escuela preparatoria Gregorio Luperón durante los últimos 17 años. “Veo a muchos niños talentosos, pero que no llegan a desarrollar ese talento”, dijo.
Hace tres años decidió cambiar eso y ampliar las oportunidades para los jóvenes locales que buscan desarrollar sus habilidades.

Fundó el Conservatorio Comunitario de Washington Heights.
Es un programa gratuito, de seis años, diseñado para aceptar a niños que no saben nada sobre música y convertirlos en músicos que podrían calificar en universidades como Julliard o la Escuela de Música de Manhattan.
La escuela cuenta con alrededor de 75 estudiantes que aprenden música al estilo del conservatorio, empiezan a leer música desde el primer día y reciben lecciones individuales.
“Somos muy rigurosos en cuanto a la disciplina de practicar todos los días”, dijo Vásquez.
Al igual que Vásquez, la mayoría de los instructores son miembros de la Asociación de Artistas Clásicos Dominicanos. Cuando la organización comenzó en 1980, tenían conciertos una vez al año.
Cuando Vásquez se convirtió en presidente de la asociación, decidió crear una serie de conciertos en la comunidad. “Quiero que la gente tenga exposición a la música clásica y [a] compositores dominicanos”, dijo.
Ahora, el Conservatorio Comunitario de Washington Heights cuenta con dos conciertos anuales en los que los estudiantes muestran sus habilidades.

Los estudiantes de primer año comienzan con instrumentos de cuerda como el violín, la viola o el violonchelo. Después, tienen la opción de aprender el arpa o el piano. Eventualmente el programa busca añadir instrumentos de madera, metal y percusión.
Vásquez espera contratar a más profesores para el semestre de otoño. Contar con instructores adicionales permitirá a la escuela tener espacio para 20 estudiantes más y podrá ofrecer clases particulares un poco más largas.
Las clases particulares son importantes, dijo, porque todo el mundo aprende a un ritmo diferente.
“Alguien puede ser muy rápido con la técnica o para aprender cómo tocar las teclas negras”, dijo. “Pero entonces el otro niño no es muy rápido, pero es bueno tocando dos notas al mismo tiempo. Ellos recibirán algo que no van a conseguir en las clases regulares”.
La música es una parte importante en la educación de un niño, dijo. Sus conceptos son abstractos y aprenderla es similar a las matemáticas o un nuevo idioma. “Si trabajan con la música, su cerebro está funcionando”.
Tanto Martínez como Vásquez coincidieron en que la música abre puertas para los niños.
“Esto va a construir su futuro”, dijo Martínez. “Sobre todo cuando apliquen a la universidad”.
Una de las partes más gratificantes del programa es ver el rápido progreso de los estudiantes. “Aprenden tres notas y ya pueden tocar algo”, dijo Vásquez. “Inmediatamente, eso es progreso”.
Para mas informacion, favor visite a la pagina Facebook del Conservatorio Comunitario de Washington Heights: https://www.facebook.com/TheWashingtonHeightsCommunityConservatory.