
The sneakered centenarian
Story and photos by Robin Elisabeth Kilmer

Photo: armorytrack.com
While the George Washington Bridge became the center of a political scandal last week, a different Washington Heights icon celebrated a hundred years of hosting track and field events.
The 168th Street Armory was constructed in 1909 to house the 22nd Regiment of the Army Corps of Engineers. In 1995, it was listed on the National Register of Historic Places and in 2002 it was designated as the home of the National Track and Field Hall of Fame.
The first race run at the Armory was on Jan. 10th 1914, at an event called the Xavier Games.
On that day, Staten Islander Abel Kiviat, who had won a silver medal at the 1912 Olympics, ran the 800 meter (half a mile) in under two minutes.
The New York Times reported the time then as “the fastest ever witnessed in this territory.”
The tradition of high caliber running continued on the 100th anniversary of this first race, as runners tore around the track during a collegiate competition this past Fri., Jan. 10th.
Nearby, newly elected Manhattan Borough President Gale Brewer and Dr. Norbert Sander, the Executive Director of the Armory Foundation, and other Armory enthusiasts chatted over red velvet cupcakes that were artfully arranged in a “100”.
“How many times do you get to be at the hundredth anniversary of anything?” asked Dr. Sander.

The races today look a lot different from the ones at the Armory that Dr. Sander competed in as a Fordham Prep student, and as a college student at Fordham University in the 1950’s and 1960’s.
Today’s athletes trot around in tight uniforms made of synthetic fibers. But showing off one’s form was improbable in the looser, modest cotton uniforms that athletes of Dr. Sander’s day wore.
“God forbid you drew attention to yourself in a tight uniform,” he laughed.
It wasn’t the only difference.
While today’s coaches walk around in sweats or tights, Dr. Sander’s coach, and most of the others, were as dapper as they were unhealthy.
“They all wore fedoras and had flasks of whisky in their pockets and you couldn’t see the other end of the track because of all the clouds of smoke,” he recalled.
And in 1993, Dr. Sander helped lead renovations to modernize the track, which previously had a wood surface.

Borough President Brewer marveled at the Track’s enduring significance.
“After a hundred years, you’ve got one of the wonders of the world. It’s a space that is beyond fabulous,” she said.
She presented an “Armory Appreciation Day” Proclamation to the Armory staff.
As a member of the City Council, she had come to see many events at the Armory to watch high schoolers from her district in the Upper West Side compete in competitions.
She said the track was a boon for student athletes.
“You can get recognition here, you get acknowledgement here, you get self-esteem here.”
As Borough President, she said she hoped to bring running programs to high schools that don’t have one, adding that group running is beneficial to everyone, not just competitive athletes.
“What you get out of it is a sense of belonging and self-esteem, and we’re all trying to be healthier.”
Kerry Sorenson and Shanna Heaney were not focusing on anything but their times that day, as they hoped to break their previous records in the 800 meter. Both are students at Fordham University, and have run on the Armory track numerous times in high school and college competitions.
They were surprised to learn that it was the 100th anniversary of track and field events at the Armory.

“That’s pretty special,” said Heaney.
Still, Sorenson seemed to have a love-hate relationship with the track.
“I get super nervous every time I come here,” she admitted, while celebrating the fact that many of the best runners have competed here.
Ronaldo Ball, a Monroe College student, who was also competing in the 800 meter, practices at the track every week.
“It’s one of the best indoor tracks in the United States,” he said.
Though he’d run on the track before in high school, this was his first collegiate competition.
He was no novice, however.
Like the Armory, he had markers to meet.
“I’ve set a lot of personal records here.”
The Armory Track
216 Fort Washington Avenue
New York, NY 10032
212.923.1803
www.armorytrack.com
La centenaria con tenis
Historia y fotos por Robin Elisabeth Kilmer

Mientras que el puente de George Washington se convirtió en el centro de un escándalo político la semana pasada, un icono diferente de Washington Heights celebró cien años de acoger eventos de pista y campo.
La Armería de la calle 168 fue construida en 1909 para albergar al 22° Regimiento del Cuerpo de Ingenieros del Ejército. En 1995, fue incluida en el Registro Nacional de Lugares Históricos y en 2002 fue designada como la sede del Salón Nacional de la fama de pista y campo.
La primera carrera en la Armería fue el 10 de enero de 1914, en un evento llamado los Juegos Xavier.
En ese día, Abel Kiviat, de Staten Island, quien había ganado una medalla de plata en los Juegos Olímpicos de 1912, corrió 800 metros (media milla) en menos de dos minutos.
El New York Times reportó aquel tiempo como “el más rápido jamás visto en este territorio”.
La tradición de carreras de alto calibre continúa en el 100º aniversario de la primera carrera, mientras los corredores rasgaron la pista durante una competencia colegial el pasado viernes 10 de enero.

Cerca de allí, la recién electa presidenta del condado de Manhattan, Gale Brewer, el Dr. Norbert Sander, director ejecutivo de la Fundación Armory y otros entusiastas de la Armería, charlaron mientras degustaban pastelitos de terciopelo rojo que fueron dispuestos artísticamente formando un “100”.
“¿Cuántas veces tienes la oportunidad de estar en el centenario de cualquier cosa?”, preguntó el Dr. Sander.
Las carreras hoy en día son muy diferentes a las que se llevaban a cabo en la Armería cuando el Dr. Sander compitió como estudiante de Fordham Prep, y como estudiante universitario de la Universidad Fordham en los años 1950 y 1960.
Los atletas de hoy corren con uniformes ajustados hechos de fibras sintéticas. Pero presumir la propia forma era improbable en los uniformes sueltos de algodón, modestos, que los atletas de la época del Dr. Sander llevaban.
“Dios no permitiera que llamáramos la atención en un uniforme apretado”, dijo riendo.
No es la única diferencia.
Mientras que los entrenadores hoy en día se pasean en sudaderas o mallas, el entrenador del Dr. Sander, y la mayoría de los otros, eran tan elegantes como poco saludables.

“Todos ellos llevaban sombreros de ala y tenían botellas de whisky en el bolsillo y no se podía ver el otro extremo de la pista debido a todas las nubes de humo”, recordó.
Y en 1993, el Dr. Sander ayudó en las renovaciones para la modernización de la pista, que tenía previamente una superficie de madera.
La presidenta del condado, Brewer, se maravilló del significado duradero de la pista.
“Después de cien años, tienes una de las maravillas del mundo. Es un espacio que está más allá de lo fabuloso “, dijo.
Ella presentó una proclama “Día de Apreciación de la Armería’,’ al personal de la Armería.
Como miembro del Concejo de la ciudad, ella había asistido a muchos eventos en la Armería para observar a los estudiantes de secundaria de su distrito en el Upper West Side compitiendo.
Ella dijo que la pista es una gran ayuda para los estudiantes atletas.

“Puedes conseguir reconocimiento aquí, consigues confirmación aquí, consigues autoestima aquí”.
Como presidenta del condado, dijo que esperaba traer programas para correr a las escuelas secundarias que no tienen uno, y agregó que los grupos de corredores son benéficos para todos, no sólo los atletas competitivos.
“Lo que se obtiene es un sentido de pertenencia y autoestima, y todos estamos tratando de ser más saludables”.
Kerry Sorenson y Shanna Heaney no se concentraban en nada excepto sus momentos ese día, tenían la esperanza de romper sus récords anteriores en los 800 metros. Ambas son estudiantes de la Universidad Fordham, y han corrido en la pista Armería, en numerosas ocasiones en competencias de secundaria y universitarias.
Ellas se sorprendieron al saber que era el 100° aniversario de los eventos de pista y campo de la Armería.
“Eso es muy especial”, dijo Heaney.
Aún así, Sorenson parecía tener una relación de amor-odio con la pista.
“Me pongo muy nerviosa cada vez que vengo”, admitió, mientras celebraba el hecho de que muchos de los mejores corredores han competido aquí.
Ronaldo Ball, un estudiante de Monroe College quien también competía en los 800 metros, practica en la pista cada semana.
“Es una de las mejores pistas cubiertas en los Estados Unidos”, dijo.
A pesar de que había corrido en la pista antes, en la escuela secundaria, esta fue su primera competencia colegial.
Él no es ningún novato.
Al igual que la Armería, tuvo marcadores que cumplir.
“He establecido un montón de registros personales aquí”.
La pista Armory
216 avenida Fort Washington
Nueva York, NY 10032
212.923.1803
www.armorytrack.com