
Sam’s Club
Story and photos by Mónica Barnkow

The time has come – to get right with Uncle Sam.
Between now and April 15th, the scrambling– or the shrugging – to gather all pertinent fiscal information and file taxes is upon us all.
In case the blaring jingles on the radio and the waving costumed characters on the streets weren’t reminder enough, many of the corporate tax preparation chains have multiplied their store-front branches throughout the city.
Each insists they will furnish the highest possible returns and promise various incentives – typically for a fee.
“People come, they sit; we get their information, and then prepare their taxes right in front of them.”

Sounds like the usual pitch – except that speaker Asia Kelly, Site Coordinator of the Volunteer Income Tax Assistance (VITA) Program at the Food Bank Center in Harlem, doesn’t charge a dime.
For residents with more limited incomes who qualify, the Food Bank of New York offers tax preparation services at no cost through the VITA program.
The attention is personalized – and straightforward.
“Clients walk in, fill out an intake form, and after the data is electronically entered, a quality reviewer revises the tax form, and informs the client about credits and [the] tax return,” explained Operations Manager Ileana Hernández.
Those filing at the Food Bank, as with other services, can submit their forms electronically or send in hard copies by mail.
According to the Food Bank, the tax refund is the largest check many low-wage working New Yorkers anticipate receiving all year.

Since 2002, the Food Bank’s free tax assistance program has provided low and moderate-income New Yorkers in all five boroughs help filing their tax returns. It seeks to maximize refunds and credits for low-income New Yorkers, and estimates it has helped secure $800 million in returns.
Andy Nieto has been the Income Tax Training Manager at Food Bank since 2007. He said he always warns about scams and incompetence from unscrupulous or careless tax preparers. Some entitlements, such as the Earned Income Tax Credit (EITC), for example, frequently go unclaimed.
“Sometimes tax preparers don’t inform you if you qualify for EITC,” said Nieto. “And sometimes they make mistakes.”

The Food Bank estimates that every tax season, one in five households in New York that qualifies does not apply for it.
“Awareness is key,” agreed Kelly.
EITC, in particular, could have a significant impact on the lives of those who qualify, most predominantly those with lower salaries and with dependent children. For example, the EITC credit for a person who makes less than $38,511 a year and has one dependent child could amount to over $3,000 dollars, a considerable sum.
“It makes a big difference, especially for families with children,” said Nieto.
Even those without dependents who meet the income requirements can also apply for EITC, which might lead to a return of approximately 400 dollars.
Still, confusion around tax preparation and returns abound.
Many mistakenly believe that tax return amounts should either remain the same or automatically increase from year to year. This does not account for changes in income levels, tax codes, or the number of dependents claimed, among other shifts that affect taxpayers’ bottom lines.
“Some people complain when they don’t get at least the same income tax returns they got the year before,” said Hernández.
Another misconception is the belief that tax preparers who offer services free of charge are less qualified for the job. Consequently, tax filers are wary to use free services they may qualify for.
“They think that because it is free we don’t know what we are doing,” said Nieto, noting that taxes properly filed will necessarily yield the same results, regardless of who the preparer is. “We are all certified tax preparers through the IRS.”
The Food Bank for New York City’s Tax and Financial Services Center is located at 71 St. Nicholas Avenue, New York, NY 10026 (Between 114th and 113th Streets). The Food Bank offers free tax preparation services in all five boroughs for all who qualify. For more information, please visit http://goo.gl/KJJtOi.
El club del tío Sam
Historia y fotos por Mónica Barnkow
La hora de estar bien con el Tío Sam ha llegado.
Entre hoy y el 15 de abril, la dificultad – o el menosprecio – para recopilar toda la información fiscal pertinente y declarar los impuestos, cae sobre nosotros.
En caso de que los jingles resonando en la radio y los personajes disfrazados saludando en las calles no fuesen recordatorio suficiente, muchas de las cadenas de preparación de impuestos corporativos han multiplicado sus sucursales escaparate en toda la ciudad.
Cada una insiste en que proveerán las máximas devoluciones posibles y prometen diversos incentivos, normalmente por una tarifa.
“Las personas vienen, se sientan, nos dan su información y luego preparamos sus impuestos, justo en frente de ellas”.

Suena como al proceso habitual, excepto que Asia Kelly, coordinadora local del Programa de Asistencia Voluntaria al Contribuyente (VITA por sus siglas en inglés) del Banco de Alimentos en Harlem, no cobra un centavo.
Para los residentes con ingresos más limitados que califiquen, el Banco de Alimentos de Nueva York ofrece servicios de preparación de impuestos sin costo a través del programa VITA.
La atención es personalizada y directa.
“Los clientes entran, llenan un formulario y después se ingresa la información por vía electrónica; un supervisor de calidad revisa el formulario de impuestos e informa al cliente sobre los créditos y [la] declaración de impuestos”, explicó la gerente de operaciones Ileana Hernández.

Los que llenen formulario en el Banco de Alimentos, al igual que con otros servicios, pueden presentarlos electrónicamente o enviar copias en papel por correo.
De acuerdo con el Banco de Alimentos, la devolución de impuestos es el mayor cheque que muchos trabajadores neoyorquinos de bajos salarios anticipan recibir todo el año.
Desde 2002, el programa gratuito de asistencia de impuestos del Banco de Alimentos ha proporcionado a los neoyorquinos de ingresos bajos y moderados, en los cinco condados, ayuda para presentar sus declaraciones de impuestos. Se trata de maximizar los reembolsos y créditos de los neoyorquinos de bajos ingresos, y estima que ha ayudado a asegurar $800 millones de dólares en devoluciones.

Andy Nieto ha sido el encargado del entrenamiento de los impuestos sobre la renta en el Banco de Alimentos desde 2007. Dijo que siempre advierte sobre estafas y la incompetencia de preparadores de impuestos sin escrúpulos o descuidados. Algunos derechos, como el Crédito Tributario por Salarios (EITC por sus siglas en inglés), por ejemplo, con frecuencia no son reclamados.
“A veces los preparadores de impuestos no te informan si calificas para el EITC”, dijo Nieto. “Y en ocasiones cometen errores”.
El Banco de Alimentos estima que cada temporada de impuestos, uno de cada cinco hogares en Nueva York que califica, no aplica para el EITC.
“El conocimiento es fundamental”, coincidió Kelly.
EL EITC, en particular, podría tener un impacto significativo en las vidas de aquellos que califican, principalmente en las de quienes tienen salarios más bajos y con hijos a su cargo. Por ejemplo, el crédito EITC para una persona que gana menos de $38,511 dólares al año y tiene un hijo dependiente, podría sumar más de $3,000 dólares, una cantidad considerable.

“Hace una gran diferencia, especialmente para las familias con niños”, señaló Nieto.
Incluso aquellos que no tienen dependientes pero que cumplen con los requisitos de ingresos, también pueden aplicar para el EITC, lo que podría conducir a una devolución de aproximadamente $400 dólares.
Aun así, la confusión en torno a la preparación de impuestos abunda. Según Hernández, la creencia de que las cantidades de las declaraciones de impuestos deben mantenerse o aumentar automáticamente cada año, aunque incorrecta, es común. Esto no explica los cambios en los niveles de ingresos, códigos fiscales o el número de dependientes declarados, entre otros cambios que afectan el balance de los contribuyentes.
“Algunas personas se quejan cuando no reciben, al menos, las mismas declaraciones de impuestos del año anterior”, dijo Hernández.
Otra idea errónea es la creencia de que los preparadores de impuestos que ofrecen servicios gratuitos están menos capacitados para el trabajo. En consecuencia, los contribuyentes se resisten a utilizar los servicios gratuitos para los que podrían calificar.
“Ellos piensan que porque es gratis no sabemos lo que estamos haciendo”, dijo Nieto, señalando que los impuestos correctamente presentados producirán necesariamente los mismos resultados, independientemente de quién sea el preparador. “Todos los preparadores de impuestos estamos certificados por el IRS”.
El Centro de Servicios Financieros del Banco de Alimentos esta ubicado en el 71 de la avenida San Nicholas, 10026 (entre las calles 114 y 113). El Banco de Alimentos ofrece servicios de preparación gratuitos en los cinco condados para todos que califiquen. Para obtener más información, visite http://goo.gl/KJJtOi.