Purpose
Propósito

Purpose
By Kathleen M. Pike

Those who have a “why” to live, can bear with almost any “how,” wrote Viktor Frankl in his book, Man’s Search for Meaning.
Equally, the absence of ‘why’ can make unbearable almost any ‘how’. We live in a world where it is easy to be busy. The challenge before us is not doing; the challenge before us is being sure that we have a sense of purpose that guides our doing. What’s the connection to mental health?
1. A sense of purpose. We engage in many activities all day long that are constructive. We rid the garden of weeds and plant flowers. We study chemistry to pass our test. The list of goal-directed behaviors is practically endless. These behaviors help us shorten our “to-do” list, but they don’t create a sense of purpose in life unless they are guided by a higher set of aims and ideals. We find purpose in gardening when we are committed to counteracting climate change and believe that we have strategies and agency to be effective. We find purpose in studying for our chemistry test when we understand that behavior to be part of preparing to become a researcher committed to developing new cancer treatments.

2. Purpose and cognitive functioning. A survey of 3,489 adults between the ages of 32 and 84 found that purpose in life was associated with higher scores for memory, executive functioning, and overall cognition. A longitudinal study of older adults with Alzheimer disease found that individuals who reported higher levels of purpose in life exhibited better cognitive function. On post-mortem analysis, higher levels of purpose in life were also associated with reduced tangles typical of Alzheimer disease and also reduced the effect of Alzheimer disease on cognitive decline.
3. Purpose and life satisfaction. Studies suggest that for adolescents, emerging adults and adults, having identified a purpose in life is associated with greater life satisfaction. Among older adults, social connection and supportive social relationships appear to be positively associated with having a sense of purpose. Having supportive relationships may facilitate the ability to pursue a purpose, and purposeful activity promotes engagement with those around oneself

4. Purpose and resilience. When we have a sense of purpose in life, it appears that we are more agile in recovering from stress and trauma. Findings from the MIDUS study (Midlife in the U.S.) indicate that having a purpose in life may serve as an underlying mechanism that supports the development of resilience. This study suggests that individuals who report a higher sense of life purpose are more likely to apply positive mindsets to adverse life experiences, which affords protection from negative events and confers resilience through enhanced emotion regulation.

5. Purpose and the Recovery Movement. Loss of life purpose is commonly reported by individuals with serious mental illnesses like schizophrenia and major depression. The Recovery Movement provides a vision and framework for rethinking what recovery means. By incorporating the voice of individuals with lived experience, the Recovery Movement calls on us to rethink the delivery of mental health services to ensure that care is provided in a way that is person-centered, supporting people’s capacity to regain quality of life and mental and emotional balance – even if clinical symptoms persist. This is achieved, in part, by focusing on overall wellness, including social connection and self-care and reconnecting to meaningful activity that aligns with one’s personal sense of purpose.
Many of the studies on life purpose and well-being are correlational in nature so causal relationships are still somewhat elusive. What is clear is that life purpose matters to all of us. Adopting strategies outlined by the Recovery Movement makes it possible to make life purpose and the attendant benefits a possibility for all of us whether we have a serious mental illness or not.
Kathleen M. Pike, PhD is Professor of Psychology and Director of the Global Mental Health Program at the Columbia University Medical Center (CUMC). For more information, please visit cugmhp.org or call 646.774.5308.
Propósito
Por Kathleen M. Pike

Los que tienen un “por qué” vivir, pueden soportar casi cualquier “cómo”, escribió Viktor Frankl en su libro El hombre en busca de sentido.
Igualmente, la ausencia de “por qué” puede hacer insoportable casi cualquier “cómo”. Vivimos en un mundo donde es fácil estar ocupado. El desafío que tenemos ante nosotros no es hacer; el desafío que tenemos ante nosotros es estar seguros de que tenemos un sentido de propósito que guía nuestro hacer. ¿Cuál es la conexión con la salud mental?
1. Sentido de propósito. Nos dedicamos a muchas actividades durante todo el día que son constructivas: eliminamos el jardín de malezas y plantamos flores, estudiamos química para pasar nuestra prueba. La lista de comportamientos dirigidos a objetivos es prácticamente interminable. Estos comportamientos nos ayudan a acortar nuestra lista de “cosas por hacer”, pero no crean un sentido de propósito en la vida a menos que estén guiados por un conjunto más elevado de objetivos e ideales. Encontramos un propósito en la jardinería cuando estamos comprometidos a contrarrestar el cambio climático y creemos que tenemos estrategias y acción para ser efectivos. Encontramos un propósito al estudiar para nuestro examen de química cuando entendemos que el comportamiento es parte de la preparación para convertirse en un investigador comprometido con el desarrollo de nuevos tratamientos contra el cáncer.

2. Propósito y funcionamiento cognitivo. Una encuesta de 3,489 adultos entre las edades de 32 y 84 encontró que el propósito en la vida tenía relación con puntuaciones más altas para la memoria, el funcionamiento ejecutivo y la cognición general. Un estudio longitudinal de adultos mayores con enfermedad del Alzheimer descubrió que las personas que informaron mayores niveles de propósito en la vida exhibieron una mejor función cognitiva. En el análisis post mortem, los niveles más altos de propósito en la vida también se asociaron con enredos reducidos típicos de la enfermedad del Alzheimer y también redujeron el efecto de la enfermedad del Alzheimer en el deterioro cognitivo.
3. Propósito y satisfacción con la vida. Los estudios sugieren que, para los adolescentes, los adultos jóvenes y los adultos, haber identificado un propósito en la vida se asocia con una mayor satisfacción con la vida. Entre los adultos mayores, la conexión social y las relaciones sociales de apoyo parecen estar positivamente asociadas con un sentido de propósito. Tener relaciones de apoyo puede facilitar la capacidad de perseguir un propósito, y la actividad intencional promueve el compromiso con quienes están cerca de uno mismo

4. Propósito y adaptación. Cuando tenemos un sentido de propósito en la vida, parece que somos más ágiles para recuperarnos del estrés y el trauma. Los resultados del estudio MIDUS (mediana edad en los Estados Unidos) indican que tener un propósito en la vida puede servir como un mecanismo subyacente que apoya el desarrollo de la adaptación. Este estudio sugiere que las personas que informan un sentido superior del propósito de vida tienen más probabilidades de aplicar una mentalidad positiva a las experiencias adversas de vida, lo que brinda protección contra eventos negativos y confiere adaptación a través de una mayor regulación de las emociones.

5. Propósito y el Movimiento de Recuperación. El propósito de la pérdida de la vida es comúnmente reportado por personas con enfermedades mentales graves, como esquizofrenia y depresión grave. El Movimiento de Recuperación proporciona una visión y un marco para repensar lo que significa la recuperación. Al incorporar la voz de las personas con experiencia vivida, el Movimiento de Recuperación nos llama a repensar la prestación de servicios de salud mental para garantizar que la atención se brinde con un enfoque en la persona, apoyando la capacidad de la gente para recuperar la calidad de vida y el equilibrio mental y emocional, incluso si los síntomas clínicos persisten. Esto se logra, en parte, enfocándose en el bienestar general, incluyendo la conexión social y el cuidado personal, y reconectándose con una actividad significativa que se alinee con el sentido personal de propósito.
Muchos de los estudios sobre el propósito de la vida y el bienestar son de naturaleza correlacional, por lo que las relaciones causales aún son algo esquivas. Lo que está claro es que el propósito de la vida nos importa a todos. La adopción de estrategias delineadas por el Movimiento de Recuperación hace posible que el propósito de la vida y lo relacionado sean una posibilidad para todos nosotros, ya sea que tengamos una enfermedad mental grave o no.
Kathleen M. Pike, PhD, es profesora de Psicología y directora del Programa Mundial de Salud Mental en el Centro Médico de la Universidad Columbia (CUMC, por sus siglas en inglés). Para más información, por favor visite cugmhp.org o llame al 646.774.5308.