
Mi Gente: Mandela Remembered
Story and photos by Robin Elisabeth Kilmer
Mi Gente is a recurring column that allows our readers and neighbors to weigh in on the issues of the day, sharing the first-person perspective delivered directly from our street corners, bodegas, parks, schools and small businesses.

“It’s only love”
Tears were shed around the world after the death of Nelson Mandela on Thurs., Dec. 5th.
The South African leader has been lionized for having brought an end to apartheid in South Africa and being the country’s first black president after 27 years of imprisonment.
In honor of the leader, who had died at the age of 95, Harlem’s Apollo’s marquee displayed a tribute on its marquee this past Fri., Dec. 6th. An impromptu memorial was set up outside the theater, and passerby offered their thoughts, prayers and thanks.
Bronshay, a Harlem resident and artist, stopped by the memorial with his son. He has charged himself with making sure his son has a sense of who Mandela was.
“He’s only three, so he doesn’t know history, and there’s only so much they teach in the textbooks,” he said.
“He’s a great leader. What he did is not something everyone has the strength to do. He carried the weight of the world on his shoulders.”
Kumci Duberry had learned about Mandela through his own father.
“He was a great, courageous man, and his dream will live.”

“He reminds me of Dr. Martin Luther King with the struggles that they had to go through,” noted Priscilla Bryant. “I send my condolences to his family. He went through a lot. For him to come out of prison and being so humble, that’s a blessing.”
Michelle Bonfils is a transplant from France who moved to Harlem when Mandela was still imprisoned on Robben Island. She took a picture of the candles, messages and signs.
“It’s very emotional to know that he’s dead, and to be at the Apollo and see what everyone wrote,” she said.
For many, the death of Mandela brought back personal memories.
James Anthony, a native of Dublin, Ireland, and now a resident of Harlem, protested against apartheid at an early age.
“I was 13 years old standing outside the supermarket and asking little old ladies not to buy the fruit from South Africa,” he recalled. The boycott was meant to put pressure on the South African government.
“South Africans didn’t have any rights. It was basically like slavery here. And it needed someone like him to change it. A lot of people [in Ireland] could relate to it because of the struggles in Ireland,” he said.

Bronshay
He also protested outside the South African Embassy in London.
“There were nights where I stood outside from eight o’clock at night until the next morning, [together] with people from all over the world, asking him to be released from prison.”
“It’s a sad day for the world, today,” he said.
Anthony did not have to pick up a paper or watch the news to find out about Mandela’s death.
“This morning in the subway, there was just a feeling,” he said.
Jerry Shafer, a tourist from San Francisco, also stopped to pay regards, and recalled his own visit to Robben Island, which is now a World Heritage site.
“We were told that the grounds around the prison were purposely allowed to be populated by venomous snakes. The waters are cold, and you can’t swim to escape, because of the tides, the cold and the sharks,” he said.
“We came all the way from California to be here today,” said Erica Ulshoeffer, who was traveling with Shafer.
“I remember when he was finally freed, and I remember when he was tried in 1963. Our newspapers covered it a lot.”

Michelle Bonfils
Many people, he said, compared South Africa’s apartheid regime to Nazi Germany.
“I don’t know anybody like this man, what he did, who would have the credentials that he had for people to listen to him.”
Shaheed Muhammad, a stage hand at the Apollo Theater, reverently placed a large, red candle among the others. The candle, he said, represented love.
Muhammad saw Mandela at the Adam Clayton Powell State Building during the leader’s visit to Harlem in 1990.
“The whole community came out. I was one of the ones who got to see him. And he came by the Apollo, so I got an even closer glimpse.”
Mandela’s visit came shortly after his release from prison. Mayor David Dinkins threw a ticker tape parade and gave him the keys to the City at Yankee Stadium.
It was an indelible memory.
“He would be our present-day pharaoh. He didn’t care about race or color. He just wanted all people together, and I don’t think there’s going to be another person like that for a while. I hope there is. Ghandi, Malcolm, him, they all believed in the oneness of people, and the only way to do that is through love. Weapons, no. Money, no. Gold, no. It’s only love.”
Mi Gente: Recordando a Mandela
Historia y fotos por Robin Elisabeth Kilmer
Mi Gente es una columna recurrente que les permite a nuestros lectores y vecinos intervenir en los asuntos del día, compartiendo la perspectiva en primera persona entregada directamente de nuestras calles, bodegas, parques, escuelas y pequeños comercios.

“Es solo amor”
Lágrimas fueron derramadas por todo el mundo luego de la muerte de Nelson Mandela el jueves, 5 de diciembre.
Murió a los 95 años, de una infección en el pulmón.
El líder surafricano ha sido agasajado por haber puesto punto final a la segregación en Sur África y ser el primer presidente negro del país luego de 27 años de encarcelamiento.
Este pasado viernes, 5 de diciembre, la lluvia se mezcló con las lágrimas de las personas, y la entrada del Apollo en Harlem mostró un tributo. Un memorial improvisado fue colocado fuera del teatro y los transeúntes ofrecían sus pensamientos, oraciones y gracias.
Bronshay, residente de Harlem y artista, paró por el memorial con su hijo. El se ha encargado de asegurarse que su hijo tenga un sentido de quien fue Mandela.
“El tiene solo tres años así es que no conoce la historia, y hay mucho que enseñan en los libros de texto”, dijo.
“El es un gran líder. Lo que hizo es algo que no todo el mundo tiene la fuerza de hacer. El cargó el peso del mundo en sus hombros”.
Kumci Duberry también aprendió acerca de Mandela a través de su padre.
“Siempre se luchó por lo que creía, y yo también”, dijo. “Fue un gran hombre, valiente y su sueño vivirá”.

Priscilla Bryant dijo, “el me recuerda al Doctor Martin Luther King con las luchas que tuvieron que atravesar. Envío mis condolencias a su familia. El pasó por mucho, y para haber salido de la cárcel y ser tan humilde, eso es una bendición”.
Michelle Bonfils, es un transplante de Francia quien se mudó a Harlem cuando Mandela todavía estaba en prisión en Robben Island. Tomó una foto de las velas, mensajes y letreros que componían el memorial.
“Es bien emotivo el saber que está muerto y el estar en el Apollo y ver que lo que todo el mundo escribió”, dijo ella.
Para muchos, la muerte de Mandela trajo de vuelta memorias.
James Anthony, nativo de Dublin, Irlanda y también residente de Harlem, comenzó a protestar contra la segregación a temprana edad.
“Tenía 13 años de edad parado en las afueras del supermercado y pidiéndole a las mujeres mayores que no compraran frutas de Sudáfrica”, recordó. El boicot estaba destinado a ejercer presión contra el gobierno Sudafricano.
La lucha de los sudafricanos resonó con Anthony.
“Los sudafricanos no tenían ningún derecho. Era básicamente una esclavitud aquí. Y necesitaba de alguien como el para cambiarlo. Muchas personas pueden relacionarse con ella debido a las luchas en Irlanda”, dijo el, refiriéndose a las desigualdades que los irlandeses sufrieron bajo los británicos, aun perpetrado hoy en día en Irlanda del Norte.

Bronshay
También fue a la Embajada Sudafricana en Londres.
“Hubo noches que estuve afuera desde las ocho de la noche hasta la próxima mañana con personas de todo el mundo, pidiendo que fuera liberado de la prisión”.
“Hoy es un día triste para el mundo”, dijo.
Anthony no tuvo que tomar un periódico o ver las noticias para saber acerca de la muerte de Mandela. Ha estado en los labios de las personas a través de la ciudad.
“Esta mañana en el tren subterráneo era solo un sentimiento”, dijo el.
Jerry Shafer, turista de San Francisco, también se detuvo para dar sus saludos, y recordó su visita a Robben Island, que ahora es un Patrimonio Mundial.
“Nos dijeron que los suelos alrededor de la prisión estaban deliberadamente permitidos de ser poblados por serpientes venenosas. Las aguas son frías, y no puedes nadar para escapar, debido a las olas, el frío y los tiburones”, dijo el.
“Vinimos desde California para estar aquí hoy”, dijo Erica Ulshoeffer, quien viajaba con Shafer. Ulshoeffer aun estaba sin palabras luego de saber de la muerte de Mandela.
“Recuerdo cuando finalmente fue liberado, y recuerdo cuando fue juzgado en el 1963. Nuestros periódicos lo cubrieron bastante”.

Michelle Bonfils
Muchas personas, dijo el, comparan el régimen Sudafricano al Nazi en Alemania.
“No conozco a nadie que sea como este hombre, lo que hizo, quien tendrá las credenciales que el tenía para que las personas lo escuchen”.
Shaheed Muhammad ayuda en el Teatro Apollo. Reverentemente colocó una gran vela roja entre otras reunidas en el memorial. La vela, dijo, representa amor.
Muhammad vio a Mandela en el ‘State Building’ durante su visita a Harlem en el 1990.
“Toda la comunidad salio, así es que fui uno de los que lo pudo ver. Y el vino al Apollo, así es que pude verlo de más de cerca”.
La visita de Mandela vino poco después de que saliera de prisión. El alcalde David Dinkins hizo una parada y le dio las llaves de la ciudad en el Estadio de los Yankee.
“Será nuestro faraón presente. A el no le importaba la raza o color, solo deseaba a todas las personas unidas, y pienso que no va a existir otra personas como esa por un tiempo. Espero que haya uno. Ghandi, Malcolm, el, todos creyeron en la unidad de la gente, y la única manera de hacer eso es a través del amor. Armas, no. Dinero, no. Oro, no. Es solo amor”.