Mental Health at Work
Salud mental en el trabajo

Mental Health at Work
By Kathleen M. Pike, PhD
In recent years, and accelerated by the pandemic, employers are recognizing that mental health matters at work. Of course, it does. We don’t leave our mental health at the door when we enter the office regardless of whether we are physically going to our workplace or signing in to work online.
Although true since forever, the term workplace mental health has ascended in use as shown in the Google ngram graph depicted. Moving from recognizing workplace mental health to prioritizing mental health at work is new and challenging territory. What evidence do we have that we need to enhance workplace mental health efforts?

Mental health burden and lack of access to care. According to the WHO, one in every eight people in the world lives with a mental disorder. Full-time employees spend more waking hours at work than engaged in any other single activity, so it makes sense that untreated mental health needs have a profound impact in the workplace where mental ill health is the leading cause of absenteeism and presenteeism. As significant as the burden is, the difficulty accessing care is equally significant. Around the world, cost, access, and stigma mean that the majority of people with mental health needs never get care. A study of more than 36,000 people found that this was true of 62 percent of people with mood disorders, 76 percent of people with anxiety disorders, and 81 percent of people with substance use disorders.
Increased Productivity and Improved Work Performance. When mental health needs are effectively addressed, employees are better able to focus on work during the workday. Organizations can support employees who are experiencing symptoms of depression, anxiety, and other mental health conditions by ensuring a supportive environment, providing useful information, and facilitating access to treatment. We have strong evidence that such efforts prevent problems from growing and promote coping and resilience. This leads to positive impacts on employee health, work engagement, and performance.

Reduced Absenteeism, Turnover, and Injuries. We have many effective treatments for a range of mental health problems. When individuals have access to such care, their health improves and the benefits multiply. Employees with better mental health are more engaged at work and are also less likely to think about leaving their job. A recent study published in JAMA reported on the efficacy of an employer-sponsored mental health program, Spring Health. Based on data from 1132 participants working at 66 different companies, they found that when employees had access to mental health services provided by employers, they missed fewer work days and also had fewer unproductive work days.

Enhanced Reputation, Recruitment, and Retention. Companies that focus on mental health in the workplace are perceived to be more desirable places to work, which enhances recruitment and retention of the best and brightest employees. A recent survey found that half of millennials and 75% of Gen-Zers have left a job, both voluntarily and involuntarily, partially due to mental health reasons. Over 60% of young professionals today describe wanting to work for a company that supports their mental health and well-being. Not only does a strong mental health program enhance reputation and recruitment, it also increases retention. The JAMA study noted above found that employees who accessed employer sponsored mental health services were 1.6 times more likely to remain in their current employment compared to those who did not.

Good Mental Health Programs are also good DEI (Diversity, Equity and Inclusion) Programs. And vice versa. When organizations attend to employee mental health, they also address essential issues linked to diversity, equity, inclusion, and belonging. Representation and transparency are paramount to both mental health and DEI programs. Good mental health programs protect employee wellbeing and safety, promote a positive work culture, provide access to mental health services, and tailor programs to the particular needs of diverse employees who have been historically marginalized. DEI efforts prioritize evidence-based practices for the psychological safety of all employees, such as putting systems in place to address interpersonal bias, microaggressions, and other subtle but harmful behaviors in the workplace. In a recent study, Black and Latinx people reported experiencing more symptoms of mental disorders than their white counterparts, and reported greater likelihood of leaving a job for mental health reasons that were linked to workplace discrimination and race-based trauma and stress. It is no wonder that workplace mental health and diversity, equity, and inclusion are both top priorities in today’s workplace.

In the rapidly evolving world of work, some truths are perennial. One of those is that mental health matters. Another is that each of us can contribute to creating workplaces that protect, promote, and provide care for the mental health needs of our workforce. Good for individual employees. Good for business. Good for us all.
Salud mental en el trabajo
Por Kathleen M. Pike, PhD
En los últimos años, y acelerado por la pandemia, los empleadores están reconociendo que la salud mental es importante en el trabajo. Por supuesto que sí. No dejamos nuestra salud mental en la puerta cuando entramos en la oficina, independientemente de si vamos físicamente a nuestro lugar de trabajo o nos conectamos a él por Internet.
Aunque siempre ha sido así, el término salud mental en el lugar de trabajo ha ganado en uso, como se muestra en el gráfico ngram de Google. Pasar de reconocer la salud mental en el lugar de trabajo a dar prioridad a la salud mental en el trabajo es un territorio nuevo y desafiante. ¿Qué pruebas tenemos de que necesitamos mejorar los esfuerzos en materia de salud mental en el lugar de trabajo?

La carga de la salud mental y la falta de acceso a la atención. Según la OMS, una de cada ocho personas en el mundo vive con un trastorno mental. Los empleados a tiempo completo pasan más horas en el trabajo que en cualquier otra actividad, por lo que es lógico que las necesidades de salud mental no tratadas tengan un profundo impacto en el lugar de trabajo, donde la enfermedad mental es la principal causa de absentismo y de largas jornadas laborales. Es tan importante la carga como la dificultad para tener acceso a la atención médica. En todo el mundo, el costo, el acceso y el estigma hacen que la mayoría de las personas con necesidades de salud mental nunca reciban atención. Un estudio realizado a más de 36,000 personas descubrió que esto era cierto para el 62% de las personas con trastornos del estado de ánimo, el 76% de las personas con trastornos de ansiedad y el 81% de las personas con trastornos por consumo de sustancias.
Aumento de la productividad y mejora del rendimiento laboral. Cuando las necesidades de salud mental se abordan de forma eficaz, los empleados están más capacitados para concentrarse en el trabajo durante la jornada laboral. Las organizaciones pueden apoyar a los empleados que experimentan síntomas de depresión, ansiedad y otros problemas de salud mental garantizando un entorno de apoyo, proporcionando información útil y facilitando el acceso al tratamiento. Tenemos pruebas sólidas de que tales esfuerzos evitan que los problemas se agraven y promueven el afrontamiento y la resiliencia. Esto tiene un impacto positivo en la salud, el compromiso laboral y el desempeño de los empleados.

Reducción del absentismo, la rotación del personal y las lesiones. Disponemos de muchos tratamientos eficaces para una serie de problemas de salud mental. Cuando las personas tienen acceso a estos cuidados, su salud mejora y los beneficios se multiplican. Los empleados con mejor salud mental están más comprometidos en el trabajo y también es menos probable que piensen en dejar su empleo. Un estudio reciente publicado en JAMA informaba de la eficacia de un programa de salud mental patrocinado por la empresa, Spring Health. Basándose en información de 1132 participantes que trabajaban en 66 empresas diferentes, descubrieron que cuando los empleados tenían acceso a servicios de salud mental proporcionados por los empleadores, faltaban menos al trabajo y también tenían menos días improductivos.

Mejora de la reputación, la contratación y la retención. Las compañías que se enfocan en la salud mental en el lugar de trabajo son percibidas como lugares más deseables para trabajar, lo que mejora la contratación y retención de los mejores y más brillantes empleados. Una encuesta reciente reveló que la mitad de los millennials y el 75% de las personas de la Generación Z han dejado un trabajo, tanto voluntaria como involuntariamente, en parte por razones de salud mental. Más del 60% de los jóvenes profesionales de la actualidad dicen querer trabajar para una compañía que apoye su salud mental y su bienestar. Un programa sólido de salud mental no sólo mejora la reputación y la contratación, sino que también aumenta la retención. El estudio de JAMA mencionado anteriormente descubrió que los empleados que recurrieron a los servicios de salud mental proporcionados por la empresa tenían 1.6 veces más probabilidades de permanecer en su empleo actual en comparación con los que no lo hicieron.

Los buenos programas de salud mental son también buenos programas de diversidad, equidad e inclusión. Y viceversa. Cuando las organizaciones atienden la salud mental de los empleados, también abordan cuestiones esenciales relacionadas con la diversidad, la equidad, la inclusión y la pertenencia. La representación y la transparencia son primordiales tanto en los programas de salud mental como en los DEI (diversidad, equidad, inclusión). Los buenos programas de salud mental protegen el bienestar y la seguridad de los empleados, promueven una cultura laboral positiva, facilitan el acceso a los servicios de salud mental y adaptan los programas a las necesidades particulares de los diversos empleados que han sido históricamente marginados. Los esfuerzos DEI dan prioridad a las prácticas basadas en la evidencia para la seguridad psicológica de todos los empleados, como la puesta en marcha de sistemas para abordar los prejuicios interpersonales, las micro agresiones y otros comportamientos sutiles pero perjudiciales en el lugar de trabajo. En un estudio reciente, las personas de raza negra y latina declararon experimentar más síntomas de trastornos mentales que sus homólogos blancos, e informaron de una mayor probabilidad de dejar un trabajo por razones de salud mental relacionadas con la discriminación en el lugar de trabajo y el trauma y el estrés por motivos de raza. No es de extrañar que la salud mental en el lugar de trabajo y la diversidad, la equidad y la inclusión sean las principales prioridades en el lugar de trabajo actualmente.

En el mundo laboral, que evoluciona rápidamente, algunas verdades son permanentes. Una de ellas es que la salud mental es importante. Otra es que cada uno de nosotros puede contribuir a crear lugares de trabajo que protejan, promuevan y atiendan las necesidades de salud mental de nuestros trabajadores. Es bueno para los empleados. Es bueno para las compañías. Es bueno para todos nosotros.