Mailman on a mission Mailman en una misión

Mailman on a mission
Story and photos by Mónica Barnkow

Located at West 168th Street, the Mailman School of Public Health of Columbia University has over 1,400 enrolled students, and ranks among the top in the country.
Nearly 500 faculty members work in more than 100 countries.
And they work regularly within the Northern Manhattan community to identify and probe issues of concern to urban communities.
A forum titled “The Environment and its Connection to Asthma and Obesity in our Community,” was held on Wed., May 13th. The free event was open to all residents and sought to share research findings on both diseases, which reveal unique correlations in Northern Manhattan. Simultaneous translation in Spanish was offered.
“We have three missions: patient care, education and research,” explained Ross Frommer, Vice President for Government and Community Affairs and Associate Dean at Columbia University Medical Center, adding that Mailman’s faculty members were world leaders in their research.

Bethany Jankunis, Chief of Staff to Dean Linda P. Fried, MD, MPH, underscored the distinction between public health and fields of medical care.
“In public health, you are looking to populations and whole communities,” said Jankunis. “You look at the environment, behaviors, air quality, behaviors, and so on.”
Jankunis argued that public health allowed for a wholesale preventive approach that could impact many lives at once.
“If there is a way to improve air quality, for example, think how many people you can impact,” said Jankunis.
Matt Perzanowski, Assistant Professor of Environmental Health Sciences, presented a study that focused on two asthma triggers: exposure to combustion and cockroach allergens.
The research team collected indoor air and dust samples from households from across the city, and concluded that the incidence of pediatric asthma was higher in homes with higher indoor airborne black carbon (otherwise known as diesel combustion).

“Asthma prevalence varies dramatically in neighborhoods in New York City,” said Perzanowski, citing East Harlem, Washington Heights and the South Bronx as high-incidence areas.
Perzanowski observed that although the exposure to black carbon was similar in the Upper East Side and East Harlem –which are adjacent neighborhoods- asthma rates differed enormously between the two.
He concluded that it was the combination of exposure to combustion byproducts and to cockroach allergens early in life that correlated with higher rates of asthma and allergies to cockroaches among kids.
“What seems clear is that it is a combination of the two,” said Perzanowski, observing that asthma was not only triggered by environmental factors but also had a genetic component.
Andrew Rundle, Associate Professor of Epidemiology and Co-Director of the Mailman School Obesity Prevention Initiative, spoke on child obesity.

“There is an epidemic of childhood obesity in America,” said Rundle, adding that there has been a steady increase in childhood obesity since the 70’s. “Over 30 percent of the kids in the United States are either obese or overweight.”
And there is a connection.
“The same neighborhoods that have asthma have childhood obesity,” noted Rundle.
Rundle presented the results of a study that measured the association between the exposure to Polycyclic Aromatic Hydrocarbons (PAHs) to pregnant women and child obesity.
PAH are compounds formed through incomplete combustion of organic matter found in air pollution. It have shown to induce weight gain in mice.

Pregnant African-American and Dominican women in their third trimester were recruited for the study. They were instructed to wear personal-air monitors for 2 days, in order to measure their exposure to PAHs.
Later, their children’s height and weight were monitored from the ages of 5 through 13.
The study ultimately found that pre-natal exposure to PAH was associated with a higher BMI (Body Mass Index) score at age 5 and a pattern of accelerated weight gain through age 12.
“The more exposure to PAH when the mothers were pregnant, the higher the chances of children to be obese by age 5,” said Rundle, noting that socioeconomic factors did not have any significant impact on the results.
At forum’s end, some attendees pressed for further details on the studies presented, and others asked about other health issues of interest.
The forum was the fifth of its kind. Previous presentations covered other high-incidence diseases in the Northern Manhattan community: hypertension, cancer, Alzheimer and dementia.
There are several more to come, explained Frommer, noting, “We are particularly proud of the work we do in the local community.”
For more information, please visit www.mailman.columbia.edu.
Mailman en una misión
Historia y fotos por Mónica Barnkow

Ubicada en la calle 168 oeste, la Escuela Mailman de Salud Pública de la Universidad Columbia cuenta con más de 1,400 alumnos matriculados y se encuentra entre las mejores del país.
Cerca de 500 docentes trabajan en más de 100 países.
Y trabajan regularmente dentro de la comunidad del norte de Manhattan para identificar y sondear cuestiones que preocupan a las comunidades urbanas.
Un foro titulado “El medio ambiente y su conexión con el asma y la obesidad en nuestra comunidad”, se celebró el miércoles 13 de mayo. El evento gratuito estuvo abierto a todos los residentes y buscó compartir los resultados de las investigaciones de ambas enfermedades, que revelan correlaciones únicas en el norte de Manhattan. Se ofreció traducción simultánea en español.
“Tenemos tres misiones: el cuidado del paciente, la educación y la investigación”, explicó Ross Frommer, vicepresidente de Gobierno y Asuntos Comunitarios y Decano Asociado del Centro Médico de la Universidad Columbia, y agregó que los profesores de Mailman son líderes mundiales en sus investigaciones.

Bethany Jankunis, jefa de personal de Dean Linda P. Fried, MD, MPH, subrayó la distinción entre la salud pública y los campos de la atención médica.
“En la salud pública buscas poblaciones y comunidades enteras”, dijo Jankunis. “Observas el medio ambiente, los comportamientos, la calidad del aire y así sucesivamente”.
Jankunis argumentó que la salud pública permitió un enfoque preventivo mayor que podría impactar muchas vidas a la vez.
“Si hay una forma de mejorar la calidad del aire, por ejemplo, piensen en cuántas personas podría impactar”, dijo Jankunis.
Matt Perzanowski, profesor adjunto de Ciencias Ambientales de la Salud, presentó un estudio que se centró en dos factores desencadenantes del asma: la exposición a la combustión y los alérgenos de las cucarachas.
El equipo de investigación recogió muestras de aire y polvo en interiores de hogares de toda la ciudad, y concluyó que la incidencia del asma pediátrica fue mayor en los hogares con niveles más altos de carbono negro en el aire interior (también conocido como combustión de diesel).

“La prevalencia del asma varía dramáticamente en los barrios de la ciudad de Nueva York”, dijo Perzanowski, citando a East Harlem, Washington Heights y el sur del Bronx como áreas de alta incidencia.
Perzanowski observó que aunque la exposición al carbono negro fue similar en el Upper East Side y East Harlem -que son barrios adyacentes- las tasas de asma difieren enormemente entre los dos.
Llegó a la conclusión de que es la combinación de la exposición a los subproductos de la combustión y los alérgenos de las cucarachas temprano en la vida los que se correlacionan con mayores tasas de asma y alergias a las cucarachas entre los niños.
“Lo que parece claro es que es una combinación de los dos”, dijo Perzanowski, observando que el asma no sólo se desencadena por factores ambientales, sino que también tiene un componente genético.

Andrew Rundle, profesor asociado de epidemiología y codirector de la Iniciativa para la Prevención de la obesidad de la Escuela Mailman, habló sobre la obesidad infantil.
“Hay una epidemia de obesidad infantil en Estados Unidos”, dijo Rundle, y agregó que ha habido un aumento constante en este problema desde los años 70. “Más del 30 por ciento de los niños en los Estados Unidos son obesos o tienen sobrepeso”.
Y hay una conexión.
“Los mismos barrios que tienen asma tienen obesidad infantil”, señaló Rundle.
Rundle presentó los resultados de un estudio que mide la asociación entre la exposición a los Hidrocarburos Aromáticos Policíclicos (PAHs por sus siglas en inglés) en mujeres embarazadas y la obesidad infantil.
Los PAH son compuestos formados por la combustión incompleta de materia orgánica que se encuentran en la contaminación del aire. Se ha demostrado que producen aumento de peso en ratones.

Mujeres embarazadas afroamericanas y dominicanas en su tercer trimestre fueron reclutadas para el estudio. Se les indicó que usaran monitores personales de aire durante 2 días con el fin de medir su exposición a los PAHs.
Después, la altura y el peso de sus hijos fueron supervisados desde los 5 a los 13 años.
El estudio encontró en última instancia que la exposición prenatal a los PAH se asoció con un resultado mayor del IMC (Índice de Masa Corporal) a los 5 años y un patrón de aumento de peso acelerado hasta los 12 años.
“Entre mayor exposición haya a los PAH cuando las madres están embarazadas, mayores las posibilidades de que los niños sean obesos a los 5 años”, dijo Rundle, y señaló que los factores socioeconómicos no tuvieron ningún impacto significativo en los resultados.
Al final del foro, algunos de los asistentes presionaron para obtener más detalles sobre los estudios presentados y otros preguntaron sobre diferentes temas de salud.

El foro fue el quinto de su tipo. Presentaciones anteriores cubrieron otras enfermedades de alta incidencia en la comunidad del norte de Manhattan como la hipertensión, el cáncer, el Alzheimer y la demencia.
Hay varios más por venir, explicó Frommer, notando: “Estamos particularmente orgullosos del trabajo que hacemos en la comunidad local”.
Para mayor información, por favor visite www.mailman.columbia.edu.