La Feria en El Alto
Seventh Annual Book Fair celebrates culture and its workers
Story, photos and video by Sherry Mazzocchi

Best-selling and beginning authors rubbed shoulders this weekend at the Feria del Libro Dominicano. The book fair, now in its seventh year, was a three-day event with dozens of author readings, panel discussions and performances.
While its focus is on literary endeavors, the fair also serves as an expo in which various cultural genres, such as music, visual artwork and artisans’ crafts, are also showcased. There are also working panel discussions on topics such as English as a Second Language (ESL) classes, film screenings, and writers’ salons.
The fair draws hundreds of residents from throughout the tri-state area and beyond.
And there were, of course, many of the bright lights of Dominican and Latin literature.
Elizabeth Balaguer, author of The Secret of Smiling, hosted a panel on children’s literature. Juan Bosch’s writings were discussed next door to a salon featuring René Rodríguez Soriano, the prolific Dominican novelist, poet and essayist.
The arrival of Mexican author Lorea Canales also caused a stir among a group of young people. They flocked around her, asking about her latest book, Los Perros, capturing every word on their smartphones.
Canales’ book, which is not yet available in the United States, is a tale of two brothers, their relationship rendered by corruption and violence. “It’s an exploration of what’s happening in my country right now,” Canales told The Manhattan Times.

One of the brothers ends up in prison. Canales has explored the state of prisons in Mexico City as a journalist. “All of the descriptions of life inside prison are accurate,” she said. “Nelson Mandela said, ‘don’t judge a country by how it treats its best people, but how it treats the worst.’”
At the very back of the fair, newly minted author Ezequiel Jiménez stood by a rack of his books.
“My main focus is drama, family and love,” he said. Jiménez said he grew up in a very poor family. He grew up with nothing, he said, except for faith that he would accomplish something in life. “I’ve had a couple of sales so far,” he said.
In the main plaza, Rafael Cordón and René de los Santos were manning the table for their friend Cesar Gonzáles, the former owner of Librería Caliope. The bookstore closed in 2009, but Gonzales continues to sell books on Dyckman Street.
The table was filled with contemporary fiction by Spanish and other international authors.
The book fair was also a good resource for people who can’t read.
Rolando Cabral, vice counsel at the Consulate General of the Dominican Republic, was there to promote “Quisqueya Aprende Contigo,” a free program that promotes literacy.
“We can organize groups in a church and send someone that is trained to teach people to read and write,” he said. “Or we can do it at a community organization. We are spreading the word that we can teach everyone to learn how to read and write.”
La Feria en El Alto
Séptima Feria Anual del Libro celebra la cultura y sus trabajadores
Historia, fotos y video por Sherry Mazzocchi

Autores de los libros que mejor se venden y principiantes se codearon este fin de semana en la Feria del Libro Dominicano. La feria del libro, ahora en su séptimo año, fue un evento de tres días, con docenas de lecturas de autores, mesas redondas y presentaciones.
Mientras que su atención se centra en iniciativas literarias, la feria también sirve como una expo en la que se exhiben diversos géneros culturales, como la música, el arte visual y las artesanías. También hay mesas redondas de trabajo sobre temas como inglés como Segundo Idioma (ESL por sus siglas en inglés), proyecciones de películas y salones de escritores.
La feria atrae a cientos de residentes de toda el área triestatal y más allá.
Y había, por supuesto, muchas de las brillantes luces de la literatura latina y dominicana.
Elizabeth Balaguer, autora de The Secret of Smiling, organizó una mesa redonda sobre la literatura infantil. Los escritos de Juan Bosch se discutieron al lado de un salón con René Rodríguez Soriano, el prolífico novelista dominicano, poeta y ensayista.
La llegada de la autora mexicana Lorea Canales también causó un gran revuelo entre un grupo de jóvenes. Ellos se reunieron a su alrededor, preguntándole sobre su último libro, Los Perros, capturando cada palabra en sus iphones.
El libro de Canales, que aún no está disponible en los Estados Unidos, es una historia de dos hermanos y su relación dictada por la corrupción y la violencia. “Es una exploración de lo que está pasando en mi país en este momento”, dijo Canales a ‘The Manhattan Times’.

Uno de los hermanos termina en la cárcel. Canales ha explorado el estado de las prisiones en la Ciudad de México como periodista. “Todas las descripciones de la vida dentro de la prisión son exactas”, señaló. “Nelson Mandela dijo que no se debe juzgar a un país por la forma en que trata a sus mejores personas, sino como trata a las peores”.
En la parte de atrás de la feria, el autor de nueva cuña, Ezequiel Jiménez, estaba junto a un estante de sus libros.
“Mi principal objetivo es el drama, la familia y el amor”, comentó. Jiménez dijo que creció en una familia muy pobre. Creció sin nada, dijo, a excepción de la fe de que iba a lograr algo en la vida. “He tenido un par de ventas hasta el momento”, dijo.
En la plaza principal, Rafael Cordón y René de los Santos estaban manejando la mesa de su amigo César Gonzáles, el antiguo propietario de la Librería Caliope. La librería se cerró en 2009, pero Gonzáles sigue vendiendo libros en la calle Dyckman.
La mesa estaba llena de ficción contemporánea de autores españoles e internacionales.
La feria del libro fue también un buen recurso para las personas que no saben leer.
Rolando Cabral, vice asesor en el Consulado General de la República Dominicana, estaba allí para promover “Quisqueya Aprende Contigo”, un programa gratuito que promueve la alfabetización.
“Podemos organizar grupos en una iglesia y enviar a alguien que esté capacitado para enseñar a la gente a leer y escribir”, dijo. “O podemos hacerlo en una organización comunitaria. Estamos pasando la voz de que podemos enseñar a todos a aprender a leer y escribir”.