Headaches
Dolores de cabeza

Headaches
By Kathleen M. Pike, PhD
Having never been prone to headaches, the experience of having one on and off every day for the past two weeks has been quite a jolt to my system. A well-documented by-product of Covid, these headaches can last from a few days to several months.
The headaches are fatiguing. At times, I find it difficult to concentrate. The whole experience tests my mood, which makes me anxious. While unpleasant, it has given me a glimpse of the intimate relationship between headaches and mental health.
Types of Headaches. Medical experts describe over 150 types of headaches. They are broadly classified as either primary or secondary headaches. Primary headaches constitute the vast majority of headache disorders, with tension and migraine headaches being the most prevalent. Data indicate that about 95% of adults have experienced a tension headache, whereas migraines have a far lower prevalence of 15%, and are significantly more common for women than men (18.3% vs. 7.6%). Tension headaches are typically experienced as an intense, steady pain on both sides of the head. Migraines are typically described as a throbbing, pulsing headache on one side of the head. Secondary headaches are related to other medical conditions such as hypertension, head injury, or brain tumor. They are less common than primary headaches but can be serious, and call for appropriate diagnosis and treatment.
Headaches and Mental Health and Substance Use Disorders. Occasional headaches are common in the general population. Significant and enduring patterns of headaches are common among individuals who have a range of mental health conditions. Headaches can be an indicator of depression and anxiety disorders. Tension headaches are most common, but migraines or cluster headaches are also associated with these mental health conditions. People who have bipolar disorder report elevated rates of headaches, especially migraines. The prevalence of cluster headaches appears to be higher in individuals with a substance use disorder than in the general population. The relationship between headaches and mental health conditions is bi-directional, wherein headaches increase risk for mental health conditions and vice versa.

Migraines and PTSD Risk. Research suggests that people who have migraines are more susceptible to developing Post Traumatic Stress Disorder (PTSD) when exposed to trauma – like a car accident or interpersonal violence – than people who do not have migraines. Research exploring the co-occurrence of migraines and PTSD suggests that PTSD and migraines share some common genes and pathways, which suggest they also share certain risk factors.
Risk and Burden. Our genes and gender play a significant role in terms of risk for headaches, particularly migraines, with women at significantly increased risk for chronic migraine headaches. Although less common, health conditions such as traumatic brain injury and tumors can put individuals at risk for secondary headaches. Modifiable risk factors for chronic migraine include overuse of acute migraine medication, ineffective acute treatment, body mass, depression, and stressful life events. Chronic migraine is the most disabling form of migraine with substantial impact on health-related quality of life. According to the Global Burden of Disease Studies, migraine headaches are the sixth most disabling disease in the world. In fact, headaches are one of the top reasons that people miss work. Without relief, headaches can precipitate a cascade of problems that impact self-esteem, employment, and financial security.
Reducing Risk. A variety of strategies help prevent the triggering of headaches. For some individuals, attending to diet and avoiding certain foods can play a significant role in protecting against headaches. Regular exercise can be protective by helping to pump oxygen through the body and keeping the brain well-oxygenated. Reducing exposure to unnecessary stress and engaging in stress management strategies (such as taking a walk outdoors or meditating) can protect against triggering headaches. Engaging in strategies to reduce headache risk also reduce mental health risks, both intrinsically, and by virtue of the fact that chronic pain causes a number of problems that can lead to depression, such as trouble sleeping and stress.
With deepened respect for all who have enduring struggles with headaches, this experience reinforces for me how absurd it is that we talk about physical health and mental health as if they were separate and distinct. It’s time to retire this false dichotomy. Covid and headaches and mental health tell the inextricable story of health.
Dolores de cabeza
Por Kathleen M. Pike, PhD
Aunque nunca he sido propensa a los dolores de cabeza, la experiencia de tener uno a diario durante las últimas dos semanas ha sido una gran sacudida para mi sistema. Estos dolores de cabeza, un subproducto bien documentado de la Covid, pueden durar desde unos días hasta varios meses.
Los dolores de cabeza son extenuantes. A veces, me resulta difícil concentrarme. Toda la experiencia pone a prueba mi estado de ánimo, lo que me produce ansiedad. Aunque es desagradable, me ha permitido conocer la íntima relación entre los dolores de cabeza y la salud mental.
Tipos de dolores de cabeza. Los expertos médicos describen más de 150 tipos de dolores de cabeza. Se clasifican a grandes rasgos como cefaleas primarias o secundarias. Las cefaleas primarias constituyen la gran mayoría de los trastornos de cefalea, siendo las más frecuentes aquellas por tensión y las migrañas. Los datos indican que alrededor del 95% de los adultos han experimentado un dolor de cabeza por tensión, mientras que las migrañas tienen una prevalencia mucho menor, del 15%, y son significativamente más comunes en las mujeres que en los hombres (18.3% frente al 7.6%). Las cefaleas provocadas por la tensión suelen ser un dolor intenso y constante en ambos lados de la cabeza. Las migrañas suelen describirse como un dolor de cabeza pulsátil en un lado de la cabeza. Las cefaleas secundarias están relacionadas con otras enfermedades, como la hipertensión, los traumatismos craneales o los tumores cerebrales. Son menos frecuentes que las cefaleas primarias, pero pueden ser graves y requieren un diagnóstico y tratamiento adecuados.
Dolores de cabeza y trastornos de salud mental y consumo de sustancias. Los dolores de cabeza ocasionales son comunes en la población general. Los patrones significativos y duraderos de dolores de cabeza son comunes entre las personas que tienen una serie de condiciones de salud mental. Los dolores de cabeza pueden ser un indicador de depresión y de trastornos de ansiedad. Las cefaleas por tensión son las más frecuentes, pero las migrañas o las cefaleas en racimo también se asocian a estos trastornos mentales. Las personas que padecen un trastorno bipolar presentan tasas elevadas de cefaleas, especialmente de migrañas. La prevalencia de las cefaleas en racimo parece ser mayor en las personas con un trastorno por consumo de sustancias que en la población general. La relación entre las cefaleas y los trastornos mentales es bidireccional, ya que las cefaleas aumentan el riesgo de padecer trastornos mentales y viceversa.

Riesgo de migrañas y TEPT. Las investigaciones sugieren que las personas que padecen migrañas son más susceptibles de desarrollar un Trastorno de Estrés Postraumático (TEPT) cuando se exponen a un trauma -como un accidente de coche o la violencia interpersonal- que las personas que no padecen migrañas. Las investigaciones que exploran la coexistencia de migrañas y TEPT sugieren que el TEPT y las migrañas comparten algunos genes y vías comunes, así como ciertos factores de riesgo.
Riesgo y carga. Los genes y el sexo desempeñan un papel importante en el riesgo de padecer cefaleas, sobre todo migrañas, y las mujeres tienen un riesgo significativamente mayor de padecerlas. Aunque son menos comunes, algunas afecciones de salud -como las lesiones cerebrales traumáticas y los tumores- pueden poner a las personas en riesgo de sufrir cefaleas secundarias. Los factores de riesgo modificables para la migraña crónica incluyen el abuso de la medicación para la migraña aguda, el tratamiento intensivo ineficaz, la masa corporal, la depresión y los eventos estresantes de vida. La migraña crónica es la forma más incapacitante de la migraña, con un impacto sustancial en la calidad de vida relacionada con la salud. Según el estudio Global Burden of Disease Studies, las migrañas son la sexta enfermedad más incapacitante del mundo. De hecho, los dolores de cabeza son una de las principales razones por las que las personas faltan al trabajo. Sin alivio, los dolores de cabeza pueden precipitar una cascada de problemas que afectan a la autoestima, el empleo y la seguridad financiera.
Reducir el riesgo. Hay una serie de estrategias que ayudan a prevenir el desencadenamiento de las cefaleas. Para algunas personas, prestar atención a la dieta y evitar ciertos alimentos puede desempeñar un papel importante en la protección contra los dolores de cabeza. El ejercicio regular puede ser protector al ayudar a bombear oxígeno a través del cuerpo y mantener el cerebro bien oxigenado. Reducir la exposición al estrés innecesario y aplicar estrategias de manejo del estrés (como dar un paseo al aire libre o meditar) puede proteger contra el desencadenamiento de las cefaleas. La aplicación de estrategias para reducir el riesgo de cefalea también reduce los riesgos para la salud mental, tanto intrínsecamente como en virtud del hecho de que el dolor crónico provoca una serie de problemas que pueden conducir a la depresión, como problemas para dormir y estrés.
Con un profundo respeto a todos los que enfrentan luchas permanentes contra las cefaleas, esta experiencia me refuerza lo absurdo que es que hablemos de la salud física y la salud mental como si estuvieran separadas y fueran distintas. Es hora de retirar esta falsa dicotomía. La Covid y los dolores de cabeza y la salud mental cuentan la historia inextricable de la salud.