
Touro students take on healing mission
Story by Gregg McQueen
Cindy Agu likes to work with her hands.
She recently completed her first year as a medical student at Touro College of Osteopathic Medicine in Harlem.
Yet, she wasn’t content with learning only in a classroom – she wanted to make a difference, while putting her newly acquired skills to immediate practice.

Photo: Touro College
During the school year, Agu organized a medical mission to Nicaragua, where she and her fellow osteopathic students provided free therapeutic care to rural communities in that country.
Agu explained, “We wanted to help people who can’t get medical care or go to hospitals because they live too far or can’t afford to pay for doctors.”
As an undergraduate at University of California, Agu had participated in a similar mission to Panama and was inspired to repeat the experience once she started at Touro in fall of 2012.
“I saw how people suffered in Panama, and I wanted to take what I had learned here in the United States and visit another under-served country,” she remarked. “I felt Nicaragua was a place that could use assistance.”
Agu reached out to Global Medical Training (GMT), a humanitarian organization that sponsors international medical missions for students in training, and asked them to help arrange a Nicaraguan sojourn for Touro.
She was told that GMT would back the trip if at least 15 students agreed to participate; Agu quickly recruited 20 of her classmates to join her on the mission.
“It was rewarding to have so many classmates want to come along, and to know that they share the same passion I do,” she said.
Soon, the Touro students, along with faculty mentor Grace Vásconez-Pereira, made the trek to Nicaragua, where they were joined by four doctors from GMT and several translators.
The group spent a week in the remote areas of Granada, Managua and Masaya, working with patients in makeshift clinics.
![“[This] was a great, hands-on way to apply what I had learned in the classroom,” explained Agu.](http://manhattantimesnews.com/wp-content/uploads/2013/08/IMG_2770web-300x200.jpg)
Many of the patients complained of back pain caused by farming, which the students treated with osteopathic manipulative medicine (OMM).
“With OMM, we examine the back, joints, tissues, ligaments, muscles,” explained Vásconez-Pereira, a doctor of osteopathic medicine and assistant professor at Touro. “What many people don’t realize is that the medical training for a doctor of osteopathic medicine is almost identical to that of an MD – the only difference is we will focus more on the body’s muscular system and treating patients with our fingers and hands.”
The Touro students had been trained to do physical exams, take patient histories and perform basic OMM treatments. They brought stethoscopes, blood pressure cuffs and a few other items to Nicaragua, but the lack of equipment in the rural areas they visited required some improvisation.
“We didn’t have treatment tables like we have at home, so we invented them,” said Vásconez-Pereira. “We treated people on dinner tables, mattresses, benches, the floor – we did the best we could in the conditions we had.”
Touro student Nina Shah recounted one experience where she aided a patient who was in severe pain after falling from a hammock. “
At first, she was limping and didn’t even want to flex her toes,” said Shah. “After ten minutes of me manipulating her legs, knees and feet to relax her muscles, she got up and was walking normally.”
During their week in Nicaragua, Touro students treated approximately 300 patients, of all different ages.

With the Nicaraguan patients encountering osteopathic medicine for the first time, some at each treatment site were apprehensive prior to treatment, said Vásconez-Pereira, but those fears faded once they saw the initial patients come out smiling and exclaim that their pain was gone.
“As soon as they saw the results from our treatments, they were very receptive to it,” said Vásconez-Pereira.
The performance of the Touro students seems all the more impressive when one considers that all were in their opening year of medical school, and had received only six months of training prior to Nicaragua.
“The mission was a great, hands-on way to apply what I had learned in the classroom,” explained Agu.
Shah said that providing treatment in front of the large crowds at the makeshift clinics was stressful at first, since all the patients could see what the Touro students were doing. “But it made me more confident in my own abilities,” she remarked.
“When a patient hugs you at the end, you know you’re making a difference in people’s lives.”
Agu said she hopes to arrange another medical mission at Touro for later in 2013 – this time to the Dominican Republic.
“I want to help as many people as possible,” she said. “Also, I’m representing my school and I want to make patients love it as much as I do.”
For more information on the Touro College of Osteopathic Medicine, please visit www.legacy.touro.edu/med or call 212.851.1199.
Estudiantes de Touro asumen misión de curación
Historia por Gregg McQueen
A Cindy Agu le gusta trabajar con las manos.
Recientemente completó su primer año como estudiante de medicina en el Colegio Touro College de Medicina Osteopática en Harlem.
Sin embargo, no estaba contenta sólo con el aprendizaje en un salón de clases, ella quería hacer una diferencia, mientras ponía sus conocimientos recién adquiridos en práctica inmediatamente.

Foto: Touro College
Durante el año escolar, Agu organizó una misión médica a Nicaragua, donde ella y sus compañeros de estudios osteopáticos proporcionaron atención terapéutica gratuita a las comunidades rurales de ese país.
Agu explicó: “Queríamos ayudar a las personas que no pueden obtener atención médica o ir a los hospitales porque viven demasiado lejos o no pueden permitirse el lujo de pagar por los médicos”.
Como estudiante en la Universidad de California, Agu había participado en una misión similar en Panamá y esto la inspiró repetir la experiencia una vez que empezó en Touro en el otoño de 2012.
“Vi cómo la gente sufría en Panamá y yo quería tomar lo que había aprendido en los Estados Unidos y visitar otro país carente de servicios”, comentó ella. “Sentí que Nicaragua era un lugar que podría necesitar la ayuda”.
Agu se acercó a Global Medical Training (GMT), una organización humanitaria que patrocina misiones médicas internacionales para los estudiantes en formación y les pidió que le ayudaran a organizar una estancia en Nicaragua para Touro.
Le dijeron que GMT respaldaría el viaje si por lo menos 15 estudiantes aceptaban participar; Agu rápidamente reclutó a 20 de sus compañeros para unirse a ella en la misión.
“Fue gratificante tener tantos compañeros que querían venir y saber que comparten mi misma pasión”, dijo.
Pronto, los estudiantes de Touro, junto con la mentora Grace Vásconez-Pereira, hicieron el viaje a Nicaragua, en donde se les unieron cuatro médicos de GMT y varios traductores.
El grupo pasó una semana en las zonas remotas de Granada, Managua y Masaya, trabajando con pacientes en clínicas improvisadas. Para llegar a los sitios, los estudiantes viajaron durante horas en autobús y camiones, a veces, incluso en canoa.

Agu dijo que las comunidades locales limpiaron escuelas e iglesias para utilizarlos como centros de tratamiento temporal para los habitantes del pueblo que pudieran visitar al contingente Touro/GMT.
Muchos de los pacientes se quejaron de dolor de espalda causado por la agricultura, que los estudiantes tratan con medicina osteopática manipulativa (OMM).
“Con la OMM se examina la espalda, las articulaciones, los tejidos, los ligamentos, los músculos”, explicó Vásconez-Pereira, doctora en medicina osteopática y profesora asistente en Touro.
“Lo que mucha gente no sabe es que la formación médica de un doctor en medicina osteopática es casi idéntica a la de un médico, la única diferencia es que se centra más en el sistema muscular del cuerpo y trata a los pacientes con los dedos y las manos”.
Los estudiantes de Touro habían sido entrenados para hacer exámenes físicos, tomar historiales de los pacientes y realizar tratamientos OMM básicos.
Llevaron estetoscopios, tensiómetros y algunos otros artículos a Nicaragua, pero la falta de equipos en las áreas rurales que visitaron requirió cierta improvisación.
“No teníamos mesas de tratamiento como las que tenemos en casa, así que ellos las inventaron”, dijo Vásconez-Pereira. “Tratamos a la gente en mesas, colchones, bancas y en el suelo, hicimos lo mejor que pudimos bajo las condiciones existentes”.
La estudiante de Touro, Nina Shah, relató una experiencia en la que ayudó a un paciente que tenía un dolor intenso después de caer de una hamaca.
“Al principio, ella cojeaba y no quería ni flexionar sus dedos de los pies”, dijo Shah. “Después de diez minutos de manipular sus piernas, rodillas y pies para relajar los músculos, se levantó y se fue caminando normalmente”.
Durante su semana en Nicaragua, los estudiantes de Touro trataron aproximadamente a 300 pacientes, de todas las edades.

Los pacientes nicaragüenses estaban siendo tratados con la medicina osteopática por primera vez, y algunos estaban preocupados antes del tratamiento, dijo Vásconez-Pereira, pero esos temores se desvanecieron cuando vieron a los primeros pacientes salir sonriendo y exclamando que su dolor se había ido.
“Tan pronto como vieron los resultados de nuestros tratamientos, fueron muy receptivos”, dijo Vásconez-Pereira.
El desempeño de los estudiantes de Touro parece aún más impresionante si se considera que todos estaban en su año de inauguración de la escuela de medicina, y había recibido sólo seis meses de entrenamiento antes de visitar Nicaragua.
“La misión fue una gran manera práctica de aplicar lo que habían aprendido en el aula”, explicó Agu.
Shah dijo que el dar tratamiento frente a las grandes multitudes en las clínicas improvisadas fue estresante al principio, ya que todos los pacientes podían ver lo que los estudiantes de Touro estaban haciendo.
“Pero me hizo confiar más en mis propias capacidades”, comentó ella.
“Cuando un paciente te abraza al final, sabes que estás haciendo una diferencia en las vidas de las personas”.
Agu dijo que espera organizar otra misión médica en Touro para finales de 2013, esta vez a la República Dominicana.
“Quiero ayudar a tantas personas como sea posible”, dijo. “Además, estoy representando a mi escuela y quiero hacer que los pacientes la amen tanto como yo”.
Para más información sobre Colegio Touro College de Medicina Osteopática, favor visite www.legacy.touro.edu/med o llame 212.851.1199.