Hands off
Manos fuera

Story and photos by Gregg McQueen Step away from the tips. So say city restaurant workers who are pushing back against a proposed federal rule that would allow restaurant owners to take control of their employees’ tips. Last December, the Department of Labor (DOL) proposed a rule that would let restaurants take the tips that servers earn and share them with untipped employees such as cooks and dishwashers. Making tips the property of employers would increase the chances that servers could have their tips stolen, and also escalate the risk of sexual harassment by placing greater power in the hands of owners and managers, restaurant employees said at a press conference in Lower Manhattan on February 5. “Sexual harassment is not just customers. We also have such harassment from supervisors as well,” said Catherine Barnett, Director of the Restaurant Opportunity Center (ROC). “With the owners controlling the tips, there’s just no saying what they might do with the tips, if they might use them as leverage or if they may not even give them to the workers at all.” “It’s almost like asking the fox to guard the henhouse,” remarked Barnett, who said that sexual harassment is already rampant in the restaurant industry, where 70 percent of the workers are women. Barnett and other ROC members gathered outside of DOL’s New York City headquarters at 26 Federal Plaza, calling on the agency to reject the proposed rule. They carried boxes representing comments ROC collected from 23,000 workers criticizing the proposed rule. February 5 marked the final day for public comments to be submitted to DOL regarding the rule. Shanita Thomas recounted a sexual harassment incident she experienced while working as a server in a coffee shop, where a customer commented on her breast size and remarked, “Hey, black girl, you’ve got enough milk in your jugs for my coffee?” “I told it to my manager and he said, ‘Don’t worry about it, he’s a regular customer. Just go back to your shift,’” Thomas said. “Women shouldn’t have to deal with that to make money.” “That kind of set the tone for a lot of different things,” she remarked. “We always had male managers and female waitresses. It was a steakhouse, so it served a lot of men.” Rossi said that restaurant customers might be inclined to tip less if owners gained control of tips. “That’s money that they put aside to go to a specific person or set of people,” she said. “I think it’ll affect how much customers leave in tips, because if people know that tips are just going to the company, they’re probably going to leave less of a tip.” Workers also called for higher standard wages for tipped restaurant employees, who are currently paid as little as the federal sub-minimum wage of $2.13 per hour. “It’s hard on workers when they’re forced to make ends meet making a sub-minimum wage, then have to rely on tips to make up the difference,” Barnett said. “This can be eradicated, this can be fixed by having one fair wage.” A study by the Economic Policy Institute estimated that if the tip-pooling rule became law, employers would pocket $5.8 billion in tips earned by tipped workers each year. Additional research involving restaurant workers in New York City, Chicago and Los Angeles found that 12 percent of tipped workers had tips illegally stolen by their employer or supervisor, according to the Institute. On February 5, New York Attorney General Eric Schneiderman and a coalition of 16 other Attorneys General issued a letter to the DOL asking the agency not to approve the rule granting employers control of worker tips. Barnett noted that seven states — California, Alaska, Minnesota, Oregon, Washington, Wisconsin and Nevada — do not have a tip credit and mandate that all workers must be paid a single wage. “These businesses are still doing well,” she said. “On the west coast, restaurants are growing, restaurants are doing even better than in New York, and workers are making one fair wage plus tips.” For more information, please visit rocunited.org or call 212.343.1661. Historia y fotos por Gregg McQueen Aléjense de las propinas. Así dicen los trabajadores de restaurantes de la ciudad que están rechazando una ley federal propuesta que permitiría a los dueños de restaurantes tomar el control de las propinas de sus empleados. En diciembre pasado, el Departamento del Trabajo (DOL, por sus siglas en inglés) propuso una ley que permitiría a los restaurantes tomar las propinas que los servidores obtienen y compartirlas con los empleados sin propina, como cocineros y lavaplatos. Volver las propinas propiedad de los empleadores aumentaría las posibilidades de que roben sus propinas, y también aumentaría el riesgo de acoso sexual al poner mayor poder en manos de los propietarios y gerentes, dijeron empleados de restaurantes en una conferencia de prensa en el Bajo Manhattan el 5 de febrero. “El acoso sexual no es solo de clientes. También tenemos tal hostigamiento por parte de los supervisores”, dijo Catherine Barnett, directora del Restaurant Opportunity Center (ROC). “Con los propietarios controlando las propinas, simplemente no hay forma de decir qué podrían hacer con las propinas, si podrían usarlas como ventaja o si es posible que ni siquiera se las den a los trabajadores”. “Es casi como pedirle al zorro que proteja el gallinero”, comentó Barnett, quien dijo que el acoso sexual ya es desenfrenado en la industria de restaurantes, donde el 70 por ciento de los trabajadores son mujeres. Barnett y otros miembros de ROC se reunieron afuera de la sede del DOL en la ciudad de Nueva York, en el No. 26 de Federal Plaza, pidiendo a la agencia rechazar la ley propuesta. Llevaron cajas representando los comentarios que ROC recabó de 23,000 trabajadores que criticaron la ley propuesta. El 5 de febrero fue el último día para que los comentarios públicos fuesen enviados al DOL con respecto a la ley. Shanita Thomas relató un incidente de acoso sexual que experimentó mientras trabajaba como servidora en una cafetería, donde un cliente comentó sobre el tamaño de sus senos y dijo: “Oye, chica negra, ¿tienes suficiente leche en tus jarras para mi café?”. “Se lo dije a mi gerente y me respondió: no te preocupes, es un cliente habitual. Solo regresa a tu turno”, dijo Thomas. “Las mujeres no deberían tener que lidiar con eso para ganar dinero”. Gemma Rossi, una servidora de restaurante durante 13 años, dijo que una vez trabajó en un restaurante que solo contrató camareras. “Eso de alguna manera estableció el tono para muchas cosas diferentes”, explicó. “Siempre tuvimos hombres gerentes y camareras. Era un asador, por lo que servía a muchos hombres”. Rossi dijo que los clientes de los restaurantes podrían inclinarse a dar menos propinas si los propietarios obtienen el control de las mismas. “Eso es dinero que dejan de lado para una persona específica o grupo de personas”, dijo. “Creo que afectará la cantidad de clientes que dejan propinas, porque si la gente sabe que ese dinero va la compañía, probablemente darían menos propinas”. Los trabajadores también pidieron salarios estándar más altos para los empleados de restaurantes con propinas, que actualmente reciben un salario tan bajo como el salario mínimo federal de $2.13 dólares por hora. “Es duro para los trabajadores cuando se ven obligados a ganarse la vida con un salario inferior al mínimo y luego tienen que depender de las propinas para compensar la diferencia”, dijo Barnett. “Esto puede ser erradicado, esto se puede arreglar teniendo un salario justo”. Un estudio realizado por el Instituto de Política Económica estimó que si la ley de juntar propinas se convirtiera en ley, los empleadores se ahorrarían $5.8 mil millones de dólares en propinas ganadas por los trabajadores con propinas cada año. Investigaciones adicionales que involucraron a trabajadores de restaurantes en la ciudad de Nueva York, Chicago y Los Ángeles descubrieron que el 12 por ciento de los trabajadores que recibían propinas recibía propinas ilegalmente robadas por su empleador o supervisor, según el Instituto. El 5 de febrero, el fiscal general de Nueva York Eric Schneiderman y una coalición de otros 16 fiscales generales emitieron una carta al DOL solicitando a la agencia que no apruebe la ley que otorga a los empleadores el control de las propinas de los trabajadores. Barnett señaló que siete estados (California, Alaska, Minnesota, Oregón, Washington, Wisconsin y Nevada) no cuentan con un crédito de propina y exigen que todos los trabajadores reciban un salario único. “A estos negocios les sigue yendo bien”, dijo. “En la costa oeste, los restaurantes están creciendo, a los restaurantes les va aún mejor que en Nueva York, y los trabajadores están ganando un salario justo más propinas”. Para obtener más información, por favor visite rocunited.org o llame al 212.343.1661.Hands off
Restaurant workers slam proposed labor rule
Gemma Rossi, a restaurant server for 13 years, said she once worked at an eatery that only hired female waitstaff.
Manos fuera
Trabajadores de restaurantes critican ferozmente la ley laboral propuesta