From Belle Harbor to Burnside: Revisiting Flight 587 tragedy De Belle Harbor a Burnside: Reviviendo la tragedia del Vuelo 587

From Belle Harbor to Burnside: Revisiting Flight 587 tragedy
Story and photos by Robin Elisabeth Kilmer

Belkis Lora still remembers the last time she saw her brother, José Franciso Lora.
It was just moments before he died.
He was a passenger on Flight 587, and they were together just before the flight’s take-off from John F. Kennedy Airport on Nov. 12th, 2001.
265 people, including 5 on the ground in the Belle Harbor community in Far Rockaway, died when the plane crashed.
“I was the one who took him to the airport,” she said, with tears welling in her eyes. “I hugged him, hoping I would see him in the summer.
90 percent of those on board were of Dominican descent; the flight also included nationals from several other countries, including France and Taiwan.
“This was a devastating tragedy for the Dominican community, and for all New Yorkers,” said Assemblymember Guillermo Linares on the anniversary of the crash, which was marked on Mon., Nov. 12th.
The crash of Flight 587 renewed fears of terrorism, as it came so close after the 9/11 attacks. The loss has seared those left behind.

“He was very smart. He loved to laugh, and he was a great brother,” said Lora of José, who left behind two sons. “We are always going to remember him.”
Lora and other families of the victims have made a yearly pilgrimage to the Belle Harbor, where a memorial service is given at Saint Francis de la Salle Church.
However, the Far Rockaway neighborhood has since been home to another tragedy, and faces long-term post-Sandy reconstruction.
This year the service was moved to Holy Spirit Church at 1940 University Avenue. Families were given roses, and invited to visit Memorial Plaza at Hostos Community College—which has been dedicated to the victims of the crash.
Father Ricardo Fajardo, the pastor of Holy Spirit, was glad the parish could be of service. “It’s an honor and a privilege.”

Even before Monday’s service, Father Fajardo had done his part to honor those with lives lost. “Every year, I’ve done an invocation of remembrance.”
Father Fajardo, who worked at St. Catherine of Genoa Church in Washington Heights until two years ago, said he has helped many grieving parishioners from the Bronx and Northern Manhattan.
Maximo Corcino, Consul General of the of the Dominican Republic in New York, was present at the service, and praised Father Fajardo’s efforts.
“It was simple and meaningful,” he said of the service. Indeed, Holy Spirit is a predominantly Dominican parish, and Father Fajardo reported that at least six of his parishioners lost a loved one during the crash.
In addition to Assemblymember Guillermo Linares, the service was also attended by Mayor Michael Bloomberg and New York City Councilmember Ydanis Rodríguez.
Mayor Bloomberg noted that this year’s service afforded an opportunity to pray for families in Far Rockaway who have lost homes and loved ones.

The families will be offering more than prayers, however.
Lora, who is the president of the Committee in Memory of Flight 587, which is composed of family members of the flight’s victims, said they will be donating money for disaster relief efforts in Far Rockaway.
Lora said that the Committee will place the donations with Saint Francis de la Salle Church, which has opened its doors to the families for the past 10 years.
The generosity touched many, including the Mayor.
“Your commitment to stand together is an enduring promise, to support one another every day, every step of the way,” he said during the service, at which every one of the names of the fallen was read aloud.

Saint Francis de la Salle School, adjacent to the church in Far Rockaway that has served as a center of consolation for the past decade, has been serving as a center for donation distribution since Sandy struck two weeks ago.
“We know what it feels like to lose everything, and we want to support them any way we can,” said Lora, before heading to Hostos’ Memorial Plaza.
There, she brought a framed photograph of her brother José and a couple of red roses. Lora spent a few silent moments with his portrait, occasionally falling to weeping.
Quietly, Lora visited with her brother in the company of the other victims of the crash, whose names were etched in marble for all to see.
De Belle Harbor a Burnside: Reviviendo la tragedia del Vuelo 587
Historia y fotos por Robin Elisabeth Kilmer

Belkis Lora todavía recuerda la última vez que vio a su hermano, José Francisco Lora. Fue justo minutos antes de que muriera.
Era un pasajero en el Vuelo 587, y estaban juntos momentos antes de que el avión despegara del Aeropuerto John F. Kenney el 12 de noviembre de 2001.
265 personas, incluyendo 5 en la tierra en la comunidad de Belle Harbor en Far Rockaway murieron cuando el avión se estrelló.
“Yo fui quien lo llevó al aeropuerto”, dijo ella con lágrimas en sus ojos. “Lo abrasé esperando volver a verlo en el verano”.
El 90 por ciento de aquellos a bordo eran de ascendencia dominicana; el vuelo también incluía nacionalidades de varios otros países, incluyendo Francia y Taiwán.

“Esto fue una tragedia devastadora para la comunidad dominicana y para todos los neoyorquinos”, dijo el Asambleísta Guillermo Linares en el aniversario del accidente, el cual fue marcado el lunes, 12 de noviembre.
El accidente del Vuelo 587 renovó nuevos temores de terrorismo, ya que sucedió muy cercano a los ataques del 9/11. La pérdida ha marcado a aquellos dejados atrás.
Para aquellos que perdieron seres queridos, ha dejado un vacío que no se puede llenar.
“El era bien listo. Le encantaba reír, y era un gran hermano”, dijo Lora de José, quien dejó dos hijos. “Siempre vamos a recordarlo”.
Lora y otras familias de las víctimas han hecho una peregrinación anual a Belle Harbor, donde se ofrece un servicio conmemorativo en la Iglesia Saint Francis de la Salle.
Sin embargo, el vecindario de Far Rockaway desde entonces ha sido hogar de otra tragedia, y enfrenta un largo periodo de reconstrucción luego de Sandy.
Este año el servicio fue mudado a la Iglesia Holy Spirit en el 1940 de la Avenida University. Les dieron rosas a las familias, y los invitaron a visitar el ‘Memorial Plaza’ en el Colegio Comunal Hostos – el cual ha sido dedicado a las víctimas del accidente.

El Padre Ricardo Fajardo, pastor de Holy Spirit, estaba contento de que la parroquia pudiera ser de ayuda. “Es un honor y un privilegio”.
Aun antes del servicio del lunes, el Padre Fajardo había hecho su parte en honrar aquellos que perdieron sus vidas. “Cada año, hago una invocación de recordación”.
Padre Fajardo, quien trabajó en la Iglesia St. Catherine of Genoa en Washington Heights hasta hace dos años atrás, dijo que ha ayudado a muchos feligreses en duelo del Bronx y el Norte de Manhattan.
Máximo Corcino, Cónsul General de la República Dominicana en Nueva York, estuvo presente en el servicio y alabó los esfuerzos del Padre Fajardo.
“Fue sencillo y significativo”, dijo del servicio. De hecho, Holy Spirit es una parroquia predominantemente dominicana y Padre Fajardo reportó que por lo menos seis de sus feligreses perdieron un ser querido durante el accidente.

Además del Asambleísta Guillermo Linares, se encontraba el Alcalde Michael Bloomberg y el Concejal Ydanis Rodríguez.
El Alcalde Bloomberg señaló que el servicio de este año brindó una oportunidad de orar por las familias en Far Rockaway que han perdido hogares y seres queridos.
Sin embargo, las familias estarán ofreciendo mucho más que oraciones.
Lora, quien es la presidenta del Comité en Memoria del Vuelo 587, el cual está compuesto por miembros de la familia de víctimas del vuelo, dijo que estarían donando dinero para los esfuerzos de ayuda para el desastre en Far Rockaway.
Lora dijo que el Comité colocaría las donaciones en la Iglesia Saint Francis de la Salle la cual se abrió para las familias por los pasados 10 años.
La generosidad tocó a muchos, incluyendo al Alcalde.

“Su compromiso de permanecer juntos es una promesa perdurable, para apoyarse los unos a los otros todos los días, a cada paso del camino”, dijo él durante el servicio, donde cada uno de los nombres de los caídos fue leído en alta voz.
La Escuela Saint Francis de la Salle, adyacente a la iglesia en Far Rockaway que ha servido como centro de consolación por la pasada década, a estado sirviendo como centro de distribución de donaciones desde que Sandy azotara dos semanas atrás.
“Nosotros sabemos que se siente perder algo, y deseamos apoyarlos como podamos”, dijo Lora, antes de dirigirse al ‘Hostos Memorial Plaza’.
Ahí, ella llevó una foto enmarcada de su hermano José y varias rosas rojas. Lora pasó algún momento sola con su fotografía, entristeciéndose ocasionalmente.
Juntos se sentaron en compañía de las otras víctimas del accidente, cuyos nombres estaban grabados en mármol para que todos los vieran.