Filing fair Limar equitativamente

Filing fair
Story and photos by Mónica Barnkow
They’re going to nail it.
In response to recent troubling reports on hazardous conditions within the nail salon industry, Governor Andrew Cuomo introduced on Mon., May 18th a comprehensive package of legislation and new regulations intended to protect industry workers.

The package complements the governor’s multi-agency task force, consisting of representatives from the state’s Department of Labor, Department of State and Department of Health, which deploys enforcement teams in the field to address violations.
“Our point is simple: exploitation has no place in the state of New York,” said Gov. Cuomo. “The rights of nail salon employees must be respected, and we are launching an aggressive crackdown on the industry to make sure that happens.”
In addition, a public education and outreach campaign has been launched to help workers understand their rights and business owners their responsibilities – and for consumers to know both.

An informative forum was held on May 20th at the New York Public Library’s midtown Manhattan
“We are here providing information to employers and workers about their rights and obligations under the law,” said Alphonso David, Counsel to the Governor.
“We want to explain the new rules, intended to protect workers and the public,” added Secretary of State Cesar Perales. “Employers are required to obtain licenses for their businesses and pay workers minimum wage.”
The new legislation seeks to enhance protections for safeguarding workers’ health and wages.
Employers are required to provide employees with protective equipment, such as gloves, masks, respirators and eye protective gear, which workers are required to use when handling potentially hazardous chemical agents.
In addition, employers must pay workers minimum wage for every hour they work as well as overtime.
Owners are required to post a “Bill of Rights” in a place where it is easily visible to workers and customers, and must obtain a bond of liability insurance, to cover failure to pay legal wages and other general business liabilities.
Public Advocate Letitia James said that many salons operated without proper equipment and underpaid their workers.

“I am concerned about protecting the rights of workers and customers,” said James. “It is very important to inform the public.”
For Mónica Novoa, of New York Committee for Occupational Safety and Health (NYCOSH), the issue of unfair practices at nail salons was a complex one.
“This is a public health, racial justice and environmental issue,” said Novoa.
She noted that workers, many of whom are immigrants who speak little English, weren’t calling for a boycott. Instead, engaging consumers in becoming aware of the potential hazards and wage irregularities meant recruiting allies to better working conditions in a thriving industry.
“It is an opportunity for nail salon consumers to support workers,” said Novoa, adding that her agency has received feedback from consumers saying they were willing to pay more money for services as long as workers were paid a living wage, and their health was protected. “It is very important that consumers realize that [issues of] public health reach workers.”
Limar equitativamente
Historia y fotos por Mónica Barnkow

Van a lograrlo.
En respuesta a los recientes informes preocupantes sobre las condiciones peligrosas dentro de la industria de los salones de uñas, el gobernador Andrew Cuomo presentó el lunes 18 de mayo un paquete integral de legislación y nuevas regulaciones destinadas a proteger a los trabajadores de la industria.
El paquete complementa al grupo de trabajo de varias agencias del gobernador, compuesto por representantes del Departamento de Trabajo, el Departamento de Estado y el Departamento de Salud, que despliega equipos para hacer frente a las violaciones.
“Nuestro punto es simple: la explotación no tiene lugar en el estado de Nueva York”, dijo el gobernador Cuomo. “Los derechos de los trabajadores de los salones de uñas deben ser respetados y estamos lanzando una agresiva ofensiva en la industria para asegurarnos de que eso suceda”.
Además, una campaña de educación pública y difusión se ha puesto en marcha para ayudar a los trabajadores a entender sus derechos, y para que los dueños de negocios aprendan sus responsabilidades, y que los consumidores conozcan ambos.
Un foro informativo se celebró el 20 de mayo en la Biblioteca Pública de Nueva York.
“Estamos aquí proporcionando información a los empleadores y a los trabajadores sobre sus derechos y obligaciones derivadas de la ley”, dijo Alphonso David, asesor del Gobernador.
“Queremos explicar las nuevas normas, destinadas a proteger a los trabajadores y el público”, agregó el secretario de Estado César Perales. “Los empleadores están obligados a obtener licencias para sus negocios y a pagar a los trabajadores el salario mínimo”.

La nueva legislación pretende mejorar las protecciones para salvaguardar la salud y los salarios de los trabajadores.
Los empleadores están obligados a proporcionar a los empleados equipos de protección, como guantes, mascarillas, respiradores y protección ocular, que los trabajadores deben utilizar al manipular productos químicos potencialmente peligrosos.
Además, los empleadores deben pagar a los trabajadores el salario mínimo por cada hora de trabajo, así como horas extras.
Los propietarios están obligados a colocar una “Carta de Derechos” en un lugar donde sea fácilmente visible para los trabajadores y clientes, y deben obtener una fianza de seguro de responsabilidad civil para cubrir la falta de pago de salarios legales y otras obligaciones empresariales en general.
La defensora pública Letitia James dijo que muchos salones operan sin el equipo adecuado y no pagan lo suficiente a sus trabajadores.
“Me preocupa la protección de los derechos de los trabajadores y clientes”, dijo James. “Es muy importante informar al público”.

Para Mónica Novoa, del Comité de Nueva York para la Seguridad y Salud Ocupacional (NYCOSH por sus siglas en inglés), la cuestión de las prácticas desleales en los salones de uñas es compleja.
“Este es un problema de salud pública, justicia racial y cuestión ambiental”, dijo Novoa.
Señaló que los trabajadores, muchos de los cuales son inmigrantes que hablan poco inglés, no llamaban a un boicot. En cambio, el atraer a los consumidores a tomar conciencia de los riesgos potenciales y las irregularidades salariales significaba reclutar aliados para un trabajo con mejores condiciones en una industria floreciente.
“Es una oportunidad para que los consumidores de salones de uñas apoyen a los trabajadores”, dijo Novoa, quien agregó que su agencia ha recibido comentarios de los consumidores indicando que están dispuestos a pagar más dinero por los servicios, siempre y cuando los trabajadores reciban un salario digno y que su salud esté protegida. “Es muy importante que los consumidores se den cuenta de que [las cuestiones de] la salud pública también tocan a los trabajadores”.