Far from forgotten
Enterrados, pero no olvidados

Far from forgotten
Call for memorial at Inwood slave burial site
Story and photos by Gregg McQueen

in a pile.
They will not be erased.
Community leaders are seeking to preserve an uptown site that once served as a burial ground for African slaves.
State Senator Marisol Alcántara and other uptown stakeholders are calling on the city to memorialize the land where the parking lot for P.S. 98 Shorac Kappock elementary school now sits. Archaeologists and historians say the site was once used to bury the remains of slaves who worked for early Inwood residents.
At a press conference on August 1, Alcántara said she will work with the city and the local Community Board to have a commemorative plaque installed at the site.
“Local historians and residents of Inwood have for decades spoken of this slave burial ground, but government has never taken action to honor and formally memorialize the lives of those who worked the lands of Upper Manhattan while in bondage,” said Alcántara. “It is time that this story is told and the remains of these former slaves be given the honor that they deserve.”
At the press conference, local historian Cole Thompson displayed a map showing where the burial ground was located, at what is now the southwest corner of 212th Street and 10th Avenue.
He also pointed out the former site of a colonial burial site for white residents, located about 100 yards away where the 207th Street subway yard now sits.

Senator Marisol Alcántara.
“Today, the history of these sites is all but forgotten,” Thompson said.
A 1903 New York Times report detailed the discovery of 12 human skeletons near the slave burial site. American Museum of Natural History anthropologist Aleš Hrdlička examined four of the skulls and confirmed they were of African descent.
Census documents from the time indicate that several local residents were slave owners. According to the 1810 census, Jacobus Dyckman, who once lived in historic Dyckman Farmhouse, had two slaves in his household.
Thompson explained that museum workers excavated the remains of 36 individuals from the slave burial site in 1903.
“They just started piling up the bones, putting them into soap boxes,” Thompson said. “The following day, the whole thing was just covered over and the bones were carted away and discarded.”

About 20 years later, the city excavated the site of the colonial burial ground, while building a train yard for the subway.
However, Thompson said those remains were treated very differently from those of the slaves.
“They very carefully exhumed all the bodies, carted everything over to Woodlawn Cemetery, and built this nice granite memorial with all the family names on it,” he remarked.
Deputy Manhattan Borough President Aldrin Bonilla said the slave burial ground should be given its due recognition, as the slave remains were handled in a disrespectful manner.
“It should be something that is honorable, and something that the families and everyone can respect in a solemn way,” he said.
Don Rice, President of Dyckman Farmhouse Museum Alliance, said his organization continues to search historic documents to find names of enslaved people associated with the Dyckman family to help fill in the blanks of the community’s history.

people remember,” said Don Rice.
“I think it’s very important to leave this site in the memory of the public consciousness. I think a permanent memorial will really help people remember,” said Rice.
Alcántara said she hoped to provide funding to the Dyckman Farmhouse to develop an educational program about the burial ground that can be used at Inwood schools.
“I’m sure the kids in this school have no idea that the site of where African slaves are buried is [currently] used as a parking lot,” she remarked.
She said that special consideration should be given to the site if the city’s rezoning plan for Inwood proceeds.
“We believe that the city needs to be sensitive, developers need to be sensitive,” said Alcántara, who added that she would ideally like to see a monument to the slaves occupy the site, rather than just a plaque.
Thompson said his mind was made up on what type of recognition the slaves should receive at the site.
“The European settlers got a nine-foot granite memorial,” he said. “That’s my minimum standard of what we’d like to see [here].”
Enterrados, pero no olvidados
Defensores piden un monumento en el sitio de entierro de esclavos
Historia y fotos por Gregg McQueen
Líderes de la comunidad están buscando preservar un sitio del norte del condado que alguna vez sirvió como cementerio para esclavos africanos.
La senadora estatal Marisol Alcántara y otras partes interesadas del norte del condado alta están haciendo un llamado a la ciudad para conmemorar el lote donde se encuentra el estacionamiento de la P.S. 98, la escuela primaria Shorac Kappock. Arqueólogos e historiadores dicen que el sitio fue usado alguna vez para enterrar los restos de esclavos que trabajaron para los primeros residentes de Inwood.
En una conferencia de prensa el 1 de agosto, Alcántara dijo que trabajará con la ciudad y la Junta Comunitaria local para instalar una placa conmemorativa en el sitio.
“Historiadores locales y residentes de Inwood han hablado durante décadas sobre este cementerio de esclavos, pero el gobierno nunca ha tomado medidas para honrar y conmemorar formalmente las vidas de quienes trabajaron en las tierras del Alto Manhattan mientras vivían esclavizados”, dijo Alcántara. “Es hora de que se cuente esta historia y se dé a los restos de estos antiguos esclavos el honor que merecen”.

olvidada”, dijo el historiador Cole Thompson.
En la conferencia de prensa, el historiador local Cole Thompson exhibió un mapa que muestra dónde se encontraba el cementerio, en lo que ahora es la esquina suroeste de la calle 212 y la Décima avenida.
También señaló el antiguo sitio de un cementerio colonial para residentes blancos, ubicado a unos 100 metros de distancia, donde ahora se encuentra el patio del subterráneo de la calle 207.
“Hoy, la historia de estos sitios está casi olvidada”, dijo Thompson.
Un artículo de 1903 del New York Times detalló el descubrimiento de 12 esqueletos humanos cerca del sitio de sepultura de esclavos. El antropólogo del Museo Americano de Historia Natural Aleš Hrdlička examinó cuatro de las calaveras y confirmó que eran de ascendencia africana.
Los documentos del censo de la época indican que varios residentes locales eran propietarios de esclavos. Según el censo de 1810, Jacobus Dyckman, quien alguna vez vivió en la histórica Granja Dyckman, tenía dos esclavos en su casa.

Thompson explicó que trabajadores del museo excavaron los restos de 36 personas del sitio de sepultura de esclavos en 1903.
“Simplemente comenzaron a amontonar los huesos y los metieron en cajas de jabón”, dijo Thompson. “Al día siguiente, todo fue cubierto y los huesos fueron retirados y desechados”.
Unos 20 años más tarde, la ciudad excavó el sitio del cementerio colonial, mientras construía un patio de trenes para el metro.
Sin embargo, Thompson dijo que esos restos fueron tratados de manera muy diferente a los de los esclavos.
“Exhumaron muy cuidadosamente todos los cuerpos, transportaron todo al cementerio Woodlawn y construyeron este bonito monumento de granito con todos los nombres de las familias”, comentó.

el vicepresidente del condado de
Manhattan, Aldrin Bonilla.
El presidente adjunto del condado de Manhattan, Aldrin Bonilla, dijo que el cementerio de esclavos debería recibir su merecido reconocimiento, ya que los restos de los esclavos fueron manejados de manera irrespetuosa.
“Debería ser algo honorable y algo que las familias y todos puedan respetar de manera solemne”, dijo.
Don Rice, presidente de la Alianza de la Granja Museo Dyckman, dijo que su organización continúa buscando documentos históricos para encontrar nombres de personas esclavizadas asociadas con la familia Dyckman para ayudar a completar los espacios en blanco de la historia de la comunidad.
“Pienso que es muy importante dejar este sitio en la memoria de la conciencia pública. Creo que un monumento permanente realmente ayudará a las personas a recordar”, dijo.
Alcántara explicó que espera proporcionar fondos a la Granja Dyckman para desarrollar un programa educativo sobre el cementerio que se pueda usar en las escuelas de Inwood.
“Estoy segura de que los niños de esta escuela no tienen idea de que el lugar donde están enterrados los esclavos africanos es [actualmente] utilizado como estacionamiento”, comentó.
Dijo que se debe dar consideración especial al sitio si procede el plan de rezonificación de la ciudad para Inwood.

“Creemos que la ciudad necesita ser sensible, los desarrolladores deben ser sensibles”, señaló Alcántara, agregando que le gustaría idealmente ver un monumento a los esclavos ocupando el sitio, en lugar de solo una placa.
Thompson dijo estar decidido sobre qué tipo de reconocimiento deberían recibir los esclavos en el sitio.
“Los colonos europeos obtuvieron un monumento de granito de nueve pies”, dijo. “Ese es mi estándar mínimo de lo que me gustaría ver [aquí]”.