Fairer, for All
Un sistema más justo para todos

By Melissa Mark-Viverito Last year, an average of 174 individuals entered our city’s jails every day. That amounts to over 63,000 detainees over the course of a year. The overwhelming majority of these people – mostly young men of color – are there because they are too poor to afford bail. These individuals are hidden in impenetrable facilities, their plight too often overlooked. And they have not been convicted of any crime. This is unacceptable. My colleagues and I on the New York City Council are dedicated to making New York a more equitable and just place to live for everyone, regardless of their financial means. That is why we have fought so hard to reform our criminal justice system. We’ve already made great progress in New York City. This spring, we passed the Criminal Justice Reform Act (CJRA), a package of legislation which reduces the penalties for low-level non-violent arrests. By our estimation the bills mean 10,000 less people a year will get a criminal record and will lead to 50,000 fewer warrants. As a result of the CJRA, fewer people will get criminal records, fewer people will end up with warrants and fewer people will end up in Rikers. For a system which for too long has been inequitable, the CJRA will create a more fair and just criminal justice system while also ensuring public safety. In addition, we’ve also allocated funds to create a citywide bail fund, passed numerous pieces of legislation to ensure more transparency at Rikers, and recently created an Office of Transition Services to ensure New Yorkers who have been detained or paid their debt to society can get back on their feet. Inmates who cannot afford to post bail may find themselves in court wearing their jail uniforms, where they face obvious discrimination, particularly in the grand jury process. Furthermore, inmates who are sent home after their pretrial cases are dismissed or who are sentenced to time served, are released in nothing more than their jail uniforms, even in the wintertime. So bringing an inmate to court in their “street clothes” is not just about fairness in the judicial process, it’s also about treating New Yorkers with humanity. We can also improve the efficiency of the justice system by requiring that DOC transport inmates to all of their criminal court appearances – not just the cases for which they are in custody for. This will not only speed up case processing time, but will also prevent lengthy delays that cause inmates to miss out on receiving credit for the time they are actually in jail. Finally, too often the friends and family of those who are detained are living in poverty. Charging these individuals a 3% bail fee even where the defendant makes all their court appearances is a needless tax on the poor. We continue to advocate for broader reforms to create lasting change within the justice system. The Independent Commission on New York City Criminal Justice and Incarceration Reform I established earlier this year to examine issues related to pretrial detention and community-based jail facilities continues to work diligently towards producing a blueprint for long-term reform in our city’s jails, so that one day we may make the dream of closing Rikers a reality. In fact, that Commission is now soliciting public input on its work through its website at www.morejustnyc.com. These efforts, in conjunction with the Criminal Justice Reform Act and other important legislation passed by the Council, will create a more fair criminal justice system. Melissa Mark-Viverito is the Speaker of the City Council. Por Melissa Mark-Viverito El año pasado, diariamente un promedio de 174 individuos entró en las cárceles de nuestra ciudad. Esto suma a más de 63,000 detenidos en el curso de un año. La inmensa mayoría de estas personas – principalmente hombres jóvenes de color – están ahí porque son demasiado pobres para pagar la fianza. Ellos están ocultados en instalaciones impenetrables, su situación frecuentemente pasada por alto, sin haber sido condenados de ningún delito. Esto es inaceptable. Con mis colegas en el Concejo Municipal de la Ciudad de Nueva York estámos dedicados a hacer de Nueva York un lugar más equitativo y justo para vivir para todos, independientemente de sus medios financieros. Es por ello que hemos luchado tanto para reformar nuestro sistema de justicia penal. Ya hemos progresado bastante en la Ciudad de Nueva York. Esta primavera pasamos la Ley de Reforma de la Justicia Penal (CJRA), un paquete de legislaciones que reduce las penalidades para las detenciones no violentas de bajo nivel. Calculamos que estas legislaciones significarán que 10.000 personas menos al año obtendrán antecedentes penales y resultarán en 50.000 menos órdenes de detención. Como resultado de CJRA, menos personas tendrán antecedentes penales, menos personas recibirán órdenes de detención y menos gente va a terminar en la cárcel de Rikers. En un sistema que por mucho tiempo no ha sido equitativo, CJRA creará un sistema de justicia penal más justo mientras que garantiza la seguridad pública. También adjudicamos un presupuesto para la creación de un fondo de rescate para toda la ciudad, hemos pasado numerosas piezas de legislación para garantizar mayor transparencia en Rikers y recientemente se creó la Oficina de Servicios de Transición para asegurar a neoyorquinos que han sido detenidos o han pagado su deuda con la sociedad que puedan remontar sus vidas. Pero hay más por hacer. Recientemente propuse una legislación que demuestra que hasta las reformas más pequeñas pueden hacer una gran diferencia. Los detenidos que no logran pagar la fianza pueden encontrarse en la corte con su uniforme de la cárcel, donde se enfrentan a una discriminación evidente, particularmente en procesos del gran jurado. Por otra parte, los detenidos que son enviados a casa después de que sus casos son despedidos antes del juicio o que están condenados a tiempo cumplido, son puestos en libertad con nada más que sus uniformes de la cárcel, incluso en el invierno. Así que llevar a un preso a la corte en su “ropa de calle” no es sólo una cuestión de equidad en el proceso judicial, es también sobre el trato humano de los neoyorquinos. También podemos mejorar la eficiencia del sistema de justicia al exigir que el Departamento de Corrección transporte a los presos a todas sus citas en la corte criminal – no sólo para los casos en que se encuentran bajo custodia. Esto no sólo agilizará el tiempo de procesamiento, también evitará las largas demoras que causan que los detenidos pierdan la oportunidad de recibir crédito por el tiempo que en realidad han estado en la cárcel. Por último, frecuentemente los amigos y familiares de aquellos que son detenidos viven en la pobreza. Cobrar a estos individuos el 3 % de la fianza aún cuando el acusado cumple con todas sus citas en la corte es un impuesto innecesario sobre los pobres. De hecho, esa Comisión está solicitando la opinión del público sobre su labor a través de su página web, www.morejustnyc.com. Estos esfuerzos, junto con la Ley de Reforma de la Justicia Penal y otras leyes importantes aprobadas por el Concejo, crearán un sistema de justicia penal más justo. Melissa Mark-Viverito es la Presidenta del Concejo Municipal de la Ciudad de Nueva York.Fairer, for All
But we have more to do. Recently I proposed legislation that shows that even smaller reforms can make a big difference.
Un sistema más justo para todos
Seguimos abogando por reformas más amplias para crear un cambio duradero en el sistema de justicia. La Comisión que establecí a principios de este año para examinar cuestiones relacionadas con la detención preventiva e instalaciones de cárcel en la comunidad continúa trabajando diligentemente para producir un proyecto de reforma a largo plazo en las cárceles de nuestra ciudad, para que un día podamos hacer realidad el sueño de cerrar a Rikers.