Defiant on Fifth
Desafiantes en la quinta

Defiant on Fifth
Annual parade projects spirit and anger
Photos by Cristóbal Vivar

It was a simple salute.
Time and again, marchers making their way past Trump Tower on 56th Street and Fifth Avenue on June 10th threw up one digit at the towering glass façade.
Some raised the middle finger; others turned their thumbs down.
Others posed with placards and banners denouncing, by turns, the Trump administration; calling for a citizen’s audit of the island’s fiscal debt; and demanding a sovereign and independent Puerto Rico.
But few went past without comment.
The 61st annual Puerto Rican Day Parade projected a more serious, even angrier cast than years past, as many participants chose to protest the federal government’s response to Hurricane María, as well as highlight the island’s death toll related to the storm, which was recently estimated to exceed 4,645 people by a Harvard University study.
While the typical array of colorful floats and performers marched from 44th Street to 79th Street, and attendees again waved flags and chanted in celebration, there were somber and defiant notes struck throughout the day – as evidenced in the wave of Puerto Rican flags stripped down to black and white.

Many signs read “Puerto Rico se levanta” (“Puerto Rico will rise”), a nod to the residents’ resilience and perseverance.
The event is considered America’s largest cultural celebration, with an estimated crowd of over 1.5 million spectators.
This year’s parade theme, “Un Pueblo, Muchas Voces” (One People, Many Voices), honored those who have made contributions to Puerto Rican culture and thanked the many helping to rebuild the island in the aftermath of Hurricane María.
“This is a very important parade and a very meaningful parade given the tragedy and the devastation of the homeland,” said National Puerto Rican Day Parade Board Chair Louis Maldonado.
Countless signs, banners and clothing items in stark black and white were emblazoned with “4,645” to stress the impact of lives lost as per the new study.

Some marchers, including Bronx Borough President Rubén Díaz Jr., wore black t-shirts displaying the number prominently.
As the parade passed Trump Tower, some marchers paused to display mock coffins, chant in unison or turn a finger – up or down – in the sky.
“The lack of support that the Trump administration has shown to the people of Puerto Rico is either the worst case of incompetence by the Oval Office or intentional governmental malpractice. Either way, this is unacceptable,” said Díaz, whose team handed out more than 1,000 voter registration cards along the parade route.
“We are not asking for special treatment for Puerto Rico. We are asking that the 3.5 million American citizens who call Puerto Rico home be treated with the same respect and dignity as residents in Texas and Florida received after dealing with a natural disaster,” he added.
Congressman Adriano Espaillat, who led a contingent of elected officials and community leaders in the parade, denounced the administration.
“Nine months after the storm, the American citizens of Puerto Rico continue to face a major crisis mired in devastation and heartbreaking realities,” he said. “Puerto Rico is among one of President Trump’s most significant failures since taking office and the way this crisis has been handled by the administration is simply outrageous.”

Honorees in this year’s parade included Grand Marshal Esaí Morales, Parade Queen Zuleyka Rivera, journalist David Begnaud, Ismael Miranda, Michael Stuart and first responders in the Puerto Rico relief and recovery.
Others honored were Richard “Crazy Legs” Colón, Tats Cru, Virginia Sánchez Korrol, Sunny Hostin, Jackie Guerrido and Johnny Bliss.
Some marchers carried banners in support of an independent audit of $72 billion public debt, while advocacy groups UPROSE and #OurPowerPRnyc debuted a climate justice float with the theme of “El Poder lo Tenemos Nosotros Puertorriquenos” (“The Puerto Rican People Have the Power”).
The float featured bomba musicians, elders and celebrities including Bobby Sanabria, Nancy Mercado, Elena Martínez, Arthur Avilés, Charles Rice-González, Bobby González, María Aponte and hip hop dance pioneers Ana “Rokafella” García and Gabriel “Kwikstep” Dionisio.
“Our float honors the more than 5,000 people who have died in Puerto Rico as a result of Hurricane María and those who have endured eight months without electricity, food, clean water, and eviction from temporary shelters,” said UPROSE Executive Director Elizabeth Yeampierre. “We also call out the corporations and disaster capitalists circling like vultures, exploiting the island’s vulnerability, and deepening a legacy of colonialism and extraction.”
Desafiantes en la quinta
Desfile anual proyecta espíritu y enojo
Fotos por Cristóbal Vivar
Una y otra vez, los manifestantes que pasaban frente a la Trump Tower en la calle 56 y la quinta avenida el 10 de junio, levantaron un dedo a la imponente fachada de vidrio.
Algunos levantaban el dedo medio; otros bajaban sus pulgares.
Otros posaban con pancartas y carteles que denunciaban, por turnos, a la administración Trump, pidiendo una auditoría ciudadana de la deuda fiscal de la isla y exigiendo un Puerto Rico soberano e independiente.
Pero pocos pasaron sin comentarios.
El 61º Desfile Anual del Día de Puerto Rico proyectó un elenco más serio, incluso más enojado, que el de años anteriores, ya que muchos participantes optaron por protestar contra la respuesta del gobierno federal al huracán María, y destacaron el número de muertos en la isla por la tormenta, que recientemente se estimó en más de 4,645 personas de acuerdo con un estudio de la Universidad de Harvard.

Si bien el típico despliegue de carrozas y artistas coloridos marchó desde la calle 44 hasta la calle 79, y los asistentes nuevamente ondearon banderas y corearon en celebración, hubo notas sombrías y desafiantes durante todo el día, como lo demostró la ola de banderas puertorriqueñas en blanco y negro.
El evento se considera la celebración cultural más grande de los Estados Unidos, con una audiencia estimada de más de 1.5 millones de espectadores.
El tema del desfile de este año, “Un Pueblo, Muchas Voces”, honró a quienes hicieron contribuciones a la cultura puertorriqueña y agradeció a los muchos que ayudaron a reconstruir la isla después del huracán María.
“Este es un desfile muy importante y significativo dada la tragedia y la devastación de la patria”, dijo el presidente de la Junta Nacional del Desfile del Día de Puerto Rico, Louis Maldonado.
Innumerables carteles, pancartas y artículos de ropa en blanco y negro se adornaron con el número “4,645” para enfatizar el impacto de las vidas perdidas según el nuevo estudio.

Algunos asistentes, incluido el presidente del condado del Bronx, Rubén Díaz Jr., vistieron camisetas negras con el número destacado prominentemente.
Cuando el desfile pasó por la Trump Tower, algunos asistentes se detuvieron para mostrar ataúdes simulados, cantar al unísono o girar un dedo, arriba o abajo, en el cielo.
“La falta de apoyo que la administración Trump ha mostrado al pueblo de Puerto Rico es el peor caso de incompetencia por parte de la Oficina Oval o negligencia gubernamental intencional. De cualquier manera, esto es inaceptable”, dijo Díaz, cuyo equipo entregó más de mil tarjetas de registro de votantes a lo largo de la ruta del desfile.
“No estamos pidiendo un trato especial para Puerto Rico. Pedimos que los 3.5 millones de ciudadanos estadounidenses que llaman a Puerto Rico su hogar sean tratados con el mismo respeto y dignidad que recibieron los residentes de Texas y Florida después de enfrentar un desastre natural “, agregó.
El congresista Adriano Espaillat, quien dirigió un contingente de funcionarios electos y líderes comunitarios en el desfile, criticó a la administración.

“Nueve meses después de la tormenta, los ciudadanos estadounidenses de Puerto Rico continúan enfrentando una gran crisis sumidos en devastación y realidades desgarradoras”, dijo. “Puerto Rico se encuentra entre uno de los fracasos más importantes del presidente Trump desde que asumió el cargo y la forma en que la administración manejó esta crisis es sencillamente escandalosa”.
Los homenajeados en el desfile de este año incluyeron al gran mariscal Esaí Morales, a la reina del desfile Zuleyka Rivera, al periodista David Begnaud, a Ismael Miranda, a Michael Stuart y a los rescatistas de alivio y recuperación de Puerto Rico.
Otros homenajeados fueron Richard “Crazy Legs” Colón, Tats Cru, Virginia Sánchez Korrol, Sunny Hostin, Jackie Guerrido y Johnny Bliss.
Algunos manifestantes llevaron pancartas en apoyo de una auditoría independiente de la deuda pública de $72 mil millones de dólares, mientras que los grupos de defensa UPROSE y #OurPowerPRnyc estrenaron una carroza de justicia climática con el tema de “El Poder lo Tenemos Nosotros Puertorriqueños” (“The Puerto Rican People Have the Power”).
La carroza contó con músicos, adultos mayores y celebridades de bomba, incluyendo a Bobby Sanabria, Nancy Mercado, Elena Martínez, Arthur Avilés, Charles Rice-González, Bobby González, María Aponte y a los pioneros del baile hip hop Ana “Rokafella” García y Gabriel “Kwikstep” Dionisio.
“Nuestra carroza rinde homenaje a las más de 5,000 personas que murieron en Puerto Rico como resultado del huracán María y a quienes han soportado ocho meses sin electricidad, alimentos, agua limpia y desalojo de albergues temporales”, dijo la directora ejecutiva de UPROSE, Elizabeth Yeampierre. “También hacemos un llamado a las corporaciones y a los capitalistas de desastres que vuelan en círculos como buitres, explotando la vulnerabilidad de la isla y profundizando un legado de colonialismo y extracción”.