Building Global Learners
Construyendo estudiantes globales

By Carmen Fariña An extra year of education can change the course of a young life. Children absorb a great deal of information in the first several years of their lives – they’re like sponges, soaking up all the words they hear, the interactions they have, and the many things they see. The learning they do in their earliest years is the building block for success in school and in life. If we don’t reach them when they’re three and four years old, we’ve missed the opportunity to support the development of important skills, particularly the ability to learn a second language. We’ve also missed an opportunity to bring families into the classroom. That’s why New York City has built Pre-K for All – providing free, full-day high quality pre-K for every four year-old. That means nearly 70,000 four-year-olds are getting that critical foundation – like learning 1,000 new words, experiencing how to interact and play well with others, and getting ready for kindergarten. Now, we’re expanding our investment in early learning through 3-K for All, which will bring free, full-day education to every three-year-old in the city. Every time I visit an elementary school across the city, I ask to see the pre-K classrooms. I see children working in centers around the classroom, doing art and science projects and even practicing a second language. This year, there are 30 Dual Language pre-K programs, setting some of our city’s youngest learners on the path to success in a multilingual, multicultural world. I’m thrilled that next year, we are doubling that number to 63 programs that will be available in Spanish, Bengali, Chinese, Russian, and Italian this fall across all five boroughs. In a Dual Language classroom, half of the students in the classroom speak the language the class is learning and half are English-proficient. Students receive instruction in English and a second language with the goal of becoming bilingual and biliterate. Dual Language classes foster a learning environment that encourages sharing of vocabulary, cultures and traditions. Being able to speak and read in a different language – and understand a different culture, too – is a game-changer for our students and families. As a first-generation American who started school without speaking English, I know firsthand the struggles many of our English Language Learners face when they first step foot in a classroom. But they pale in comparison to the many benefits that growing up bilingual brought me, and continue to bring me as an educator, mother and grandmother, and especially as a leader. In a global city and a global society, our next generation of leaders – in business and in our government – will need to know and understand more than just one language and culture. Dual Language education also brings parents into the classroom. Each month, families come together to learn what is happening in school and share ideas of how they can better support their child at home. Pre-K also has given tens of thousands of parents the opportunity to go back to work while saving money that would have been spent on child care. This is a win-win for students and families. As I visit schools across the City, I often hear from families asking for new Dual Language programs, including in pre-K. By doubling our Dual Language pre-K programs, more families will see the benefits of Dual Language sooner in their child’s academic career than ever before. And our children will get that critical early education foundation in two languages, rather than just one. Expanding Pre-K Dual Language education is an important part of the work we’re doing across New York City schools – embracing the diversity of our students and families, making the right investments in early childhood education, and preparing our students for success in college and careers. Now, more of our city’s future leaders than ever before will get a head start on becoming global citizens. Por Carmen Fariña Un año adicional de educación puede cambiar el curso de la vida de un niño. Los niños asimilan una gran cantidad de información en los primeros años de su vida: son como esponjas, absorben todas las palabras que oyen, todas las interacciones en las que participan y todo aquello que ven. Lo que aprenden en los primeros años de su vida sienta los cimientos para que les vaya bien en la escuela y en la vida. Si no llegamos a ellos cuando tienen tres o cuatro años, perderemos la oportunidad de contribuir al desarrollo de competencias importantes, en especial la habilidad de aprender un segundo idioma. También habremos perdido una oportunidad para que las familias participen en los salones de clases. Por esta razón la ciudad de Nueva York ha creado Prekínder para Todos (Pre-K for All), que proporciona prekínder gratuito, de gran calidad y de todo el día para todos los niños de cuatro años. Lo que supone que casi 70,000 niños de esa edad obtendrán estos cimientos básicos, que incluyen el aprendizaje de 1,000 palabras nuevas, experimentar cómo interactuar y jugar adecuadamente con los demás y la preparación para kínder. En la actualidad estamos ampliando la inversión en aprendizaje temprano mediante el programa 3-K para Todos (3-K for All), que ofrecerá educación gratuita de día completo a todos los niños de tres años de la ciudad. Cada vez que visito una de las escuelas primarias de la ciudad pido ver las aulas de prekínder. Veo a los niños trabajar en espacios educativos alrededor de la clase, realizando proyectos de arte o de ciencias o incluso practicando un segundo idioma. Este año hay 30 programas de prekínder en idioma dual, lo que sitúa a algunos de los estudiantes más jóvenes de nuestra ciudad en el camino hacia el éxito en un mundo plurilingüe y multicultural. Estoy encantada de que el año que viene vayamos a doblar el número de programas a 63, que estarán disponibles este otoño en español, bengalí, chino, ruso e italiano en los cinco condados. En una clase en idioma dual, la mitad de los estudiantes habla el idioma que la clase está aprendiendo y la otra mitad domina el inglés. Las clases en idioma dual promueven un ambiente de aprendizaje que fomenta que se compartan vocabulario, culturas y tradiciones. Poder hablar y escribir en un idioma diferente –así como comprender una cultura distinta– es una mejora sustancial para nuestros estudiantes y familias. Como estadounidense de primera generación que comenzó la escuela sin hablar inglés, conozco de primera mano las dificultades a las que se enfrentan los estudiantes que aprenden inglés cuando pisan por primera vez un aula. Pero esas dificultades quedan eclipsadas cuando se las compara con los numerosos beneficios que, como educadora, madre y abuela, y especialmente como líder, me ha proporcionado crecer siendo bilingüe. En una ciudad y una sociedad global, la próxima generación de líderes –en los negocios y en el gobierno– tendrá que conocer y entender más de un idioma y más de una cultura. La educación en idioma dual también fomenta la participación de los padres en el salón de clases. Todos los meses, las familias se reúnen para informarse de qué está pasando en la escuela y para compartir ideas sobre cómo ayudar mejor a sus hijos en casa. Prekínder también ha dado a decenas de miles de padres la oportunidad de volver al trabajo y a la vez ahorrar un dinero que de otro modo tendrían que haber gastado en cuidado infantil. Por lo que todo son ventajas para los estudiantes y las familias. Cuando visito las escuelas de la cuidad, escucho a menudo a familias que solicitan más programas de idioma dual, incluyendo de prekínder. Al duplicar los programas de prekínder en idioma dual, un número nunca antes visto de familias disfrutará los beneficios del idioma dual en un momento más temprano de la carrera académica de sus hijos. Y nuestros estudiantes obtendrán esa importante base de la educación temprana en dos idiomas, en lugar de en uno solo. La ampliación de la educación de prekínder en idioma dual es una parte importante del trabajo que estamos llevando a cabo en las escuelas de la ciudad de Nueva York; aceptando la diversidad de nuestros estudiantes y familias, haciendo las inversiones correctas en educación de la primera infancia, y preparando a nuestros estudiantes para el éxito profesional y en la universidad. Ahora, serán más los futuros líderes de nuestra ciudad que partirán de una posición aventajada para convertirse en ciudadanos del mundo.Building Global Learners
When it comes to our children’s education, the sooner we start the better.
K for All. Photo: Ed Reed/ NYC Mayoral Office
Schools Chancellor.Construyendo estudiantes globales
Cuando se trata de la educación de nuestros estudiantes, lo mejor es empezar lo antes posible.
escuelas de la ciudad de Nueva York.
Foto: Ed Reed/ NYC Mayoral Office