Arisen in the Heights
Recuperado en the Heights

Arisen in the Heights
Story by Sherry Mazzocchi

Photo: F. De Los Mercedes
They heard the alarms. Franck De Las Mercedes and his wife Nicola figured it was probably a neighbor burning breakfast. He kissed her goodbye and she left for work. A moment later he heard her scream.
The building was on fire.
His wife ran back inside to get her husband and bang on neighbors’ doors. He was still in his pajamas. He fumbled into clothes as the smoke took on a life of its own.
“It was a heavy, snakelike thing,” he said. “It just took over.”
Once outside, the windows started to pop. Only minutes later, the entire Weehawken rowhouse apartment building was engulfed in flames.
Everything they owned, including all of De Las Mercedes’ paintings, drawings and other work, was completely gone. The building was demolished the next day. It was the beginning of 2014 and suddenly they had nothing.
They looked at more than 30 apartments before moving to Washington Heights.

Photo: S. Mazzocchi
For De Las Mercedes, it was like coming home. His family moved there from Nicaragua in 1978, when he was 12.
Just as life turned inside out, his art changed too. He was always prolific, actually more like obsessed, with work. Everyday was a new opportunity to be creative.
De Las Mercedes, 42, began a series of portraits. His camera was lost in the fire, so he snapped images with his cell phone, calling them Mobile Washington Heights. He photographed about a hundred people, all immigrants like himself.
In the past year, he built on those images, blowing them up and putting them on huge canvasses. One of his most arresting results is a collage and acrylic work, Silvina en el Jardín de las Poppies.
The image graces the pages of Complex Magazine, which has named him as one of “15 Artists about to Dominate 2015.”
In Mercedes’ work, Silvina is smiling, surrounded by red flowers. She holds her jacket open, exposing a huge eye, as if inviting the viewer to look deeper into her soul while simultaneously staring back. The monochrome photo floats in a sea of bright colors, as if the work ripples simultaneously between dimensions.
The painting also combines other works pasted on and torn off like sidewalk construction billboards. Embedded are shards of journal entries, drawings, photos, all woven together with skillful pallet knife painting.

It seems almost a direct tap into the 21st century, filled with busy, chaotic lives lived in disparate beats and rhythms.
There are layers of writing; some of it aphoristic, backward or mirrored, which emerge as patterns. The scripts resemble everything from ancient Mesopotamian to modern-day tags.
“It’s a style I jokingly call ‘textification,’” he said.
Before the fire, his work was in the abstract expressionist camp. When he was just emerging as an artist, Jackson Pollock’s Autumn Rhythm mesmerized him.

Photo: F. De Los Mercedes
“It was as if someone understood everything I had gone through—and I was part of that,” he said. “He threw everything in there.”
Everything snapped into focus. The early, battle-scarred life in Nicaragua could be a source of energy and creativity instead of a trauma to be endured, or worse, buried and forgotten. The fire brought some of that trauma back.
Afterward, he started working again with charcoal reclaimed from the fire.
“If life gives you ashes—sketch,” he said.
Yet even before the fire, De Los Mercedes sensed he was shifting artistically. He even considered walking away from his work to find something new. Instead, he found a way to incorporate photos, drawings and abstraction—everything he loved.
“I actually found my voice,” he said.
Recuperado en the Heights
Historia por Sherry Mazzocchi

Foto: F. De Los Mercedes
Escucharon las alarmas. Franck de las Mercedes y su esposa Nicola pensaron que era probablemente un vecino quemando el desayuno. Le dio un beso de despedida y ella se fue a trabajar. Un momento después la escuchó gritar.
El edificio estaba en llamas.
Su esposa corrió hacia el interior para sacar a su marido y golpeó en las puertas de los vecinos. Él todavía estaba en pijama. Buscó algo que ponerse mientras el humo tomaba vida propia.
“Era una cosa pesada, como una serpiente”, dijo. “Simplemente tomó todo, por completo”.
Una vez afuera, las ventanas comenzaron a estallar. Sólo unos minutos más tarde el edificio de apartamentos Weehawken rowhouse estaba envuelto en llamas.
Todo lo que tenían, incluyendo las pinturas, dibujos y otros trabajos de de las Mercedes, había desaparecido por completo. El edificio fue demolido al día siguiente. Era el comienzo de 2014 y de repente no tenían nada.

Visitaron más de 30 apartamentos antes de trasladarse a Washington Heights.
Para de las Mercedes fue como volver a casa. Su familia se mudó ahí desde Nicaragua en 1978, cuando tenía 12 años.
Así como su vida cambió, su arte ha cambiado también. Él siempre fue prolífico, en realidad más como obsesionado, con el trabajo. Todos los días eran una nueva oportunidad para ser creativo.
De las Mercedes, de 42 años, comenzó una serie de retratos. Su cámara se perdió en el incendio, así que tomó imágenes con su teléfono celular, llamándolas Mobile Washington Heights. Fotografió a un centenar de personas, inmigrantes como él.
En el último año construyó sobre esas imágenes, ampliándolas y colocándolas en grandes lienzos. Uno de sus resultados más llamativos es un trabajo de collage y acrílico, Silvina en el Jardín de las Poppies.
La imagen ilustra las páginas de Complex Magazine, la cual lo ha nombrado como uno de los “15 Artistas a punto de dominar el 2015”.
En la obra de Mercedes, Silvina está sonriendo, rodeada de flores rojas. Ella sostiene su chaqueta abierta, dejando al descubierto un enorme ojo, como invitando al espectador a mirar más profundamente en su alma y al mismo tiempo mirando de vuelta. La foto monocromática flota en un mar de colores brillantes, como si la obra ondulara simultáneamente entre dimensiones.

Foto: S. Mazzocchi
La pintura también combina otras obras pegadas y arrancados de las vallas de construcción sobre la acera. Son integrados fragmentos de diarios, dibujos, fotografías, todos tejidos con hábil pintura de cuchillo de paleta.
Parece casi una entrada directa en el siglo XXI, lleno de vidas ocupadas y caóticas, vividas en beats y ritmos dispares.
Hay capas de escritura, algunas de ellas aforísticas, hacia atrás o reflejadas, que emergen como patrones. Los guiones se parecen a todo, desde la antigua Mesopotamia a las etiquetas de hoy en día.
“Es un estilo que yo llamo en broma textification“, dijo.

Foto: F. De Los Mercedes
Antes del incendio, su trabajo estaba en el campo del expresionismo abstracto. Cuando surgía como artista, lo hipnotizó Autumn Rhythm de Jackson Pollock.
“Fue como si alguien entendiera todo eso por lo que yo había pasado y era parte de eso”, dijo. “Arrojó todo ahí”.
Todo encaja en su enfoque. La vida temprana, con cicatrices de batalla en Nicaragua, podría ser una fuente de energía y creatividad en lugar de un trauma que hay que soportar, o peor, algo enterrado y olvidado. El incendio trajo de regreso un poco de ese trauma.
Después comenzó a trabajar de nuevo con carbón del incendio.
“Si la vida te da cenizas, boceta”, dijo.
Sin embargo, incluso antes del incendio, de las Mercedes sintió que estaba cambiando artísticamente. Incluso consideró alejarse de su obra para encontrar algo nuevo, sin embargo encontró una manera de incorporar fotos, dibujos y abstracción, todo lo que amaba.
“Realmente encontré mi voz”, dijo.