An honest day’s work means an honest day’s pay
Un trabajo digno merece una paga digna

By Scott Stringer, New York City Comptroller First, a quick explanation of what the Comptroller’s Office has to do with a cab ride and a construction job from years ago. Under state law, my office sets the prevailing wage and benefit rates for New York City. These laws help ensure that government maintains local wage standards on public works projects. Anyone who works for a contractor on a city construction job or is employed under a building service contract with a city agency must be paid the prevailing wage. When companies ignore prevailing wage laws, it’s the Comptroller’s office that ensures there is accountability. Our investigators visit public worksites around the city to check payroll records and inform workers of their rights under the law. If we discover that they have been paid less than what the law requires, we assess violations and recoup funds the workers are rightfully-owed. Since becoming Comptroller in 2014, I have made this work a priority. We’ve recovered $1.3 million for AlliedBarton security guards, reached a $1 million settlement for thirty-three underpaid iron workers in Queens, assessed a $1.1 million dollar fine on a contracting company that cheated metalworkers at various public schools and reached a $364,000 settlement for 33 workers who installed a roof at a Staten Island water treatment plant. In total, we’ve assessed nearly $18 million in prevailing wage violations, paid over $8 million in underpayments with interest to workers, and debarred 35 contractors who we found took advantage of their workers. But it’s the workers who don’t even know they’ve been cheated out of money which really sets my office into action. Last year, we announced that more than 1,000 workers were owed over $3.7 million in unclaimed prevailing wages. This is money we’ve collected from bad contractors for work that has been completed over many years, but which workers have failed to claim. We wanted to get the word out that if you were cheated out of your hard-earned wages on a city-funded public works project, my office has your back. The good news is that since last August, we’ve helped connect 84 individuals claim more than $600,000 in lost wages. Our success is in large part due to the attention paid to these important cases by the news media, who help us connect workers to their wages. In fact, one of the taxi cab workers who I mentioned above was watching Univision’s coverage of the workers being awarded checks when he recognized himself in a picture on TV. His check was worth $50,000. My office, in partnership with the Mexican Consulate and the Latin American Consulates Coalition, and joined by a broad coalition of labor rights groups and community organizations from across all five boroughs, is launching a “Know Your Rights Campaign” to help identify people who are owed wages. Together, we can ensure the dignity of your work is never short-changed. If you think you’ve been underpaid, call my Bureau of Labor Law at 212.669.4443, email laborlaw@comptroller.nyc.gov, or visit http://on.nyc.gov/2ccua08. All conversations will be kept confidential, and we’ll fight to get you the money you’re owed, regardless of immigration status. Appeared first in Voices of NY | voicesofny.org. Por Scott Stringer, Contralor de la Ciudad de Nueva York Antes que nada, aclaremos qué tiene que ver la Oficina del Contralor con un viaje de taxi y un trabajo de construcción de años atrás. Bajo la ley estatal, mi oficina fija los salarios y beneficios vigentes en la ciudad de Nueva York. Estas leyes ayudan a asegurar que el gobierno cumpla los estándares salariales locales en proyectos de obras públicas. Todo el que trabaje para un contratista en un trabajo de construcción de la ciudad o esté empleado bajo un contrato de servicios para edificios con una agencia de la ciudad deberá cobrar el salario vigente. Cuando las compañías ignoran las leyes de salario vigente, la Oficina del Contralor es la que se asegura de exigir responsabilidades. Nuestros investigadores visitan lugares de obras públicas a través de toda la ciudad para examinar los registros de nómina e informar a los trabajadores de sus derechos ante la ley. Si descubrimos que se les ha pagado menos de lo que la ley estipula, hacemos una evaluación de las infracciones y recuperamos el dinero que se les debe a los trabajadores. Desde que juré como Contralor en 2014, hice de esta tarea una prioridad. Recuperamos $1.3 millones para guardias de seguridad de AlliedBarton, logramos una liquidación de pagos de $1 millón para 33 trabajadores metalúrgicos mal pagados de Queens, le aplicamos una multa de $1.1 millones a una compañía contratista que estafaba a trabajadores del metal en varias escuelas públicas, y obtuvimos un acuerdo de $364,000 para 33 trabajadores que instalaron un techo en una planta de tratamiento de aguas en Staten Island. En total, hemos calculado casi $18 millones en infracciones al salario vigente, pagamos a los trabajadores más de $8 millones por sueldos insuficientes con intereses, y prescindimos de 35 contratistas que descubrimos se habían aprovechado de sus trabajadores. La buena noticia es que desde agosto hemos ayudado a 84 individuos a reclamar más de $600,000 en salarios perdidos. Nuestro éxito se debe en buena parte a la atención que los medios de comunicación les prestaron a estos casos importantes y en la ayuda que nos prestaron para conectar a los trabajadores con sus sueldos. De hecho, uno de los taxistas que mencioné arriba estaba viendo la cobertura de Univisión sobre los trabajadores que recibían los cheques, cuando se reconoció a sí mismo en una foto que salió en pantalla. Su cheque fue de $50,000. Este año, estamos relanzando nuestra campaña para ayudar a los trabajadores a recuperar la paga que les corresponde. Gracias a nuestro seguimiento agresivo de contratistas inescrupulosos, tenemos más de $5 millones en salarios no reclamados de más de 1,000 trabajadores, muchos de los cuales todavía viven aquí en Nueva York. Mi oficina, en conjunto con el Consulado Mexicano y la Coalición de Consulados Latinoamericanos, y con el apoyo de una amplia coalición de grupos de derechos de los trabajadores y organizaciones comunitarias de los cinco condados, lanzará la campaña “Conoce Tus Derechos” para a ayudar a identificar a las personas a quienes se les deben salarios. Juntos, podemos lograr que la dignidad de su trabajo no sea defraudada. Si usted cree que le han pagado de menos, llame a mi Oficina de Derecho Laboral al 212.669.4443, escriba al correo electrónico laborlaw@comptroller.nyc.gov, o visite http://on.nyc.gov/2ccua08. Todas las conversaciones serán confidenciales, y lucharemos para que usted recupere el dinero que le deben, sin importar su estatus migratorio. Reproducido de Voices of NY | voicesofny.orgAn honest day’s work means an honest day’s pay
When José Luis López Oliva got into a cab in Northern Manhattan this past March, he was just trying to make his way back home. Instead, his taxi ride started a chain of events that would lead to seven individuals being paid over $330,000 in wages they were owed for construction work they completed nearly a decade ago. It was an only-in-New York story that made headlines, but the lesson to take away from that fateful cab ride was something very simple: an honest day’s work deserves an honest day’s pay.
This year, we’re relaunching our campaign to help reunite workers with their rightfully-earned pay. Because we’ve aggressively sought out unscrupulous contractors, we now have more than $5 million in unclaimed prevailing wages for over 1,000 workers, many of whom may still live here in New York City.
Un trabajo digno merece una paga digna
Cuando José Luis López Oliva subió a un taxi en el Alto Manhattan en marzo pasado, solo estaba intentando regresar a su casa. Sin embargo, ese trayecto inició una cadena de acontecimientos que llevó a que siete individuos recibieran más de $330,000 en sueldos que se les debían por trabajos de construcción realizados casi una década antes. Fue una de esas historias que solo pueden ocurrir en Nueva York y que se convirtió en noticia, pero la lección de ese decisivo viaje en taxi es muy simple: Un trabajo digno merece una paga digna.
Pero lo que de verdad impulsa a mi oficina son los trabajadores que ni siquiera saben que han sido estafados. El año pasado, anunciamos que a más de 1,000 trabajadores se les deben unos $3,7 millones en salarios no reclamados. Ese dinero lo hemos obtenido de contratistas deshonestos por trabajos realizados a través de varios años pero que los trabajadores no han reclamado. Queríamos correr la voz de que, si a usted lo han despojado del sueldo ganado con el sudor de su frente en una obra pública financiada por la ciudad, mi oficina está con usted.