A Sound Decision
Una buena decisión

A Sound Decision
By Gregg McQueen

Donna Erickson held back tears as she listened to her son’s heart beat through a stethoscope.
Her son, John Edwin Erickson, has been deceased for the past three years.
“This is like a miracle,” Donna said.
He died in 2016 after being struck by a car at age 34, and his heart had been transplanted into Robert Pascarelli through an organ donation.
“My son was my life, and for this to happen, to hear my son’s heartbeat, it’s just a miracle.”
Both families met for the first time in late April, brought together by LiveOnNY, a nonprofit organization that connects organ donors with recipients.
Pascarelli, a retired hospital worker and part-time police officer from Connecticut, had endured a litany of heart problems, suffering a heart attack at age 37 and undergoing two bypasses. He was 63 years old at the time of the transplant and spent seven months in the hospital awaiting a healthy organ.
Though his heart function was only 10 percent at the time of his transplant, he said he now feels “wonderful.”
A visibly moved Pascarelli said he was grateful to meet John’s mother and his widow, Megan.

“This was the best day of my life, other than the day I got a transplant,” he remarked. “This woman lost a son, the other lost a husband, but I gained a family.”
John Erickson signed up as an organ donor two years before his death, recalled his wife.
“We went to the DMV to change the license, and I noticed he wasn’t a donor and I was. I got him to do it,” said Megan.
John’s death marked a period of intense tragedy for Megan, as her father, younger brother and husband all died within a three-month span. She said she found solace knowing her husband’s organs helped others.
“You tell yourself, if there’s nothing we could do for [John], imagine that other person getting that phone call saying that they can live,” she said.
Pascarelli noted a strange coincidence between himself and his donor.
“It’s ironic because he was hit by a car. In 1999, I was hit by a car and almost died,” said Pascarelli, now 63. “There’s something there. It had to be.”

Heidi Evans, Executive Director of LiveOnNY, said there are currently 10,000 people in New York awaiting an organ donation.
“People can donate at any age. Older people can donate. There are a lot of misconceptions where people think they’re not healthy enough to be a donor,” she said. “You have the ability to give the ultimate gift of life.”
Evans said that the average donor can provide organs to eight people in need.
“John saved the life of four people,” she remarked.
Currently, New Yorkers are asked if they wish to register as an organ donor when they obtain a driver’s permit or license, IDNYC card, non-driver ID, or register to vote.
According to LiveOnNY, 520 people in Northern Manhattan are currently on the waiting list for organs. Over 33 percent of Northern Manhattan residents are registered organ donors.
Evans stressed the need for more donors, and said events like the one showcasing Pascarelli served as a way to highlight the life-saving effects of organ donation.
“We need to do more. We’ve got almost 10,000 lives to save,” she said, noting that New York State ranks last in the nation in percentage of residents registered as donors.
Pascarelli was moved to sign himself up. “I’m going to become a donor today,” he stated.
To learn more, go to please visit www.liveonny.org.
Una buena decisión
Por Gregg McQueen

Donna Erickson contuvo las lágrimas mientras escuchaba el corazón de su hijo a través de un estetoscopio.
Su hijo, John Edwin Erickson, ha estado muerto durante los últimos tres años.
“Esto es como un milagro”, dijo Donna.
Su hijo John murió en 2016 luego de ser atropellado por un automóvil a los 34 años, y su corazón fue trasplantado a Robert Pascarelli a través de una donación de órganos.
“Mi hijo fue mi vida y, que esto suceda, escuchar el latido del corazón de mi hijo, es simplemente un milagro”.
Ambas familias se conocieron por primera vez a fines de abril, reunidas por LiveOnNY, una organización sin fines de lucro que conecta a donantes de órganos con los receptores.
Pascarelli, un trabajador de hospital retirado y oficial de policía a tiempo parcial de Connecticut, sufrió una letanía de problemas cardíacos, un ataque cardíaco a los 37 años y dos bypass. Tenía 63 años de edad al momento del trasplante y pasó siete meses en el hospital esperando un órgano sano.
Si bien su función cardíaca era de solo el 10 por ciento al momento de su trasplante, dijo que ahora se siente “maravilloso”.

Pascarelli, visiblemente conmovido, dijo estar agradecido de conocer a la madre de John y a su viuda Megan durante una reunión celebrada el 22 de abril.
“Este fue el mejor día de mi vida, además del día en que recibí un trasplante”, comentó. “Esta mujer perdió un hijo, la otra perdió un marido, pero yo gané una familia”.
John Erickson se inscribió como donante de órganos dos años antes de su muerte, recordó su esposa.
“Fuimos al DMV para cambiar la licencia, y noté que no era donante y yo sí. Le pedí que lo hiciera”, dijo Megan.
La muerte de John marcó un período de intensa tragedia para Megan, ya que su padre, su hermano menor y su esposo murieron en un lapso de tres meses. Ella dijo encontrar consuelo sabiendo que los órganos de su marido ayudan a otros.
“Te dices a ti mismo, si no hay nada que podamos hacer por [John], imagina que otra persona reciba esa llamada telefónica diciendo que puede vivir”, dijo.
Pascarelli notó una extraña coincidencia entre él y su donante.
“Es irónico porque fue atropellado por un auto. En 1999, un automóvil me golpeó y casi muero”, dijo Pascarelli, ahora de 63 años.” Hay algo ahí. Tenía que ser”.

Heidi Evans, directora ejecutiva de LiveOnNY, dijo que actualmente hay 10,000 personas en Nueva York esperando una donación de órganos.
“La gente puede donar a cualquier edad. Las personas mayores pueden donar. Hay muchas ideas erróneas y las personas piensan que no son lo suficientemente saludables como para ser donantes”, dijo. “Ustedes tienen la capacidad de dar el mejor regalo de la vida”.
Evans dijo que el donante promedio puede proporcionar órganos a ocho personas necesitadas.
“John salvó la vida de cuatro personas”, comentó.
Actualmente, se les pregunta a los neoyorquinos si desean registrarse como donantes de órganos cuando obtienen un permiso o licencia para conducir, una tarjeta IDNYC, una identificación de no conductor o si se registran para votar.
De acuerdo con LiveOnNY, 520 personas en el norte de Manhattan se encuentran actualmente en la lista de espera de órganos. Más del 33 por ciento de los residentes del norte de Manhattan son donantes de órganos registrados.
Evans enfatizó la necesidad de más donantes y dijo que eventos como este, que mostró a Pascarelli, sirven como una forma de resaltar los efectos de la donación de órganos para salvar vidas.
“Necesitamos hacer más. Tenemos que salvar casi 10,000 vidas”, dijo, señalando que el estado de Nueva York ocupa el último lugar en la nación en porcentaje de residentes registrados como donantes.
Pascarelli se conmovió para inscribirse. “Voy a convertirme en un donante hoy”, afirmó.
Para obtener más información, por favor visite www.liveonny.org.