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Carranza presses forward on desegregation
By Gregg McQueen

Time’s up on G & T.
Richard Carranza has made clear that he is not a fan of the public school Gifted & Talented program (known as G&T) – and that includes the term itself.
“I want to have them stop using [it], because it doesn’t really mean anything,” he said of “gifted and talented.”
The Schools Chancellor said that the G&T format is safe for the current school year, but for not much longer, if he had his way.
In August, the Mayor-appointed School Diversity Advisory Group (SDAG) recommended that the city scrap the current system, which requires students to take tests for particular schools, in favor of having elevated curricula in every school.
New York City’s public school system is the largest in the country, with 1.1 million students.
It is also often criticized as one of the most segregated, with white and Asian students the predominant groups in specialized programs and selective schools, while black and Hispanic student groups comprise the rest of the system.
In the August report, the programs have come to serve as “proxies for separating students who can and should have opportunities to learn together.”
“New York City has a long history of racial segregation and discrimination,” noted the report. “Our schools cannot educate our students effectively if they are not representative of our city.”
Speaking at a roundtable with community and ethnic media reporters on September 27, Carranza said he concurred with the panel.

“The current configuration is not the best process. I agree with them,” he said of the advisory group’s recommendations. As far as what form G&T might take next, Carranza said the Department of Education (DOE) was “engaging in a very deep study of the research. We’re seeing what other school systems are doing around the country.”
Since his appointment in 2018, Carranza has touted the need for desegregation in schools, expanding on the themes of destroying inequity and discrimination within
At the roundtable, Carranza touted gains in student achievement in recent years, pointing to public school gains on state English and math exams in 2019. More than 47 percent of public school students met proficiency standards in English. In math, 45.6 percent of students met the standards, a 2.9 point increase from 2018.
Carranza also noted that the city’s public schools had achieved record high graduation rates and record low dropout rates, as well as a decrease in absenteeism and student suspensions.
“Indicators that should be going up are going up, and indicators that should be going down are going down,” he said.

The 2018-19 school year marked the first time that students who attended Pre-K for All had the opportunity to take state tests, with students who were enrolled in Pre-K outperforming who did not. The achievement gap between white students and their black and Latino counterparts was narrower for students who attended Pre-K, according to DOE statistics.
“For the first time in New York City, we have the evidence that Pre-K is continuing to narrow the achievement gap,” Carranza said.
He touted the DOE’s rollout of an “instructional leadership framework,” which creates teams dedicated to instruction and allows individual schools more power to craft curricula.
Carranza said the Bronx Plan, an initiative to bolster Bronx public schools with additional resources and offer teachers bonuses of more than $7,000 to persuade them to come to hard-to-staff schools, has improved the staffing levels in the borough. He said that Bronx schools were nearly 100 percent staffed at the beginning of the current school year.
He expressed support for a teacher residency program, proposed by City Controller Scott Stringer and backed by the United Federation of Teachers (UFT), that would pair teachers-in-training with a mentor in a public school classroom during their final year of graduate school, and also offer a $30,000 per year stipend.

He noted that he collaborated with Stanford University on a teacher residency program while heading the San Francisco school system.
“But residency programs are very expensive – the question becomes how do we get those funded?” he asked.
Carranza expressed strong support for another recommendation of SDAG – the elimination of the Specialized High School Admissions Test (SHSAT), which serves as the sole criteria for admission to most of the city’s nine specialized high schools.
“I’m not backing away from my belief that a single test is not the most effective way to give students that opportunity,” he said.
He remarked that the fact there is a state law mandating a single test for entry into the city’s top high schools was “ridiculous.”
“I am meeting with communities and groups who have felt disenfranchised from this process — and I will continue to do that. But let me be very clear, as an educator, there is no reason — either in research, in practice or in practicality — that mandates a single test as the best way of measuring,” Carranza said.
“How can that be the vision for public schools in New York City? It can’t be.”

Cambio de curso
Carranza sigue adelante con la desegregación
Por Gregg McQueen

Se acabó el tiempo en G&T
Richard Carranza ha dejado en claro que no es fanático del programa para alumnos dotados y talentosos de escuelas públicas (conocido como G&T), y eso incluye el término en sí.
“Quiero que dejen de usarlo, porque realmente no significa nada”, dijo, sobre “dotados y talentosos”.
El canciller de escuelas dijo que el formato G&T es seguro para el año escolar actual, pero no por mucho más tiempo, si se sale con la suya.
En agosto, el Grupo Asesor de Diversidad Escolar (SDAG, por sus siglas en inglés) designado por el alcalde, recomendó que la ciudad deseche el sistema actual, que requiere que los estudiantes tomen exámenes para escuelas particulares, a favor de tener un currículo elevado en cada escuela.
El sistema de escuelas públicas de la ciudad de Nueva York es el más grande del país, con 1.1 millones de estudiantes.
También es criticado a menudo como uno de los más segregados, siendo los estudiantes blancos y asiáticos los grupos predominantes en programas especializados y escuelas selectivas, mientras que los estudiantes de grupos negros e hispanos componen el resto del sistema.
En el informe de agosto, los programas han llegado a servir como “poderes para separar a los estudiantes que pueden y deben tener oportunidades de aprender juntos”.
“La ciudad de Nueva York tiene una larga historia de segregación racial y discriminación”, señaló el informe. “Nuestras escuelas no pueden educar a nuestros estudiantes de manera efectiva si no son representativos de nuestra ciudad”.

En una mesa redonda con periodistas de medios comunitarios y étnicos el 27 de septiembre, Carranza dijo estar de acuerdo con el panel.
“La configuración actual no es el mejor proceso. Estoy de acuerdo con ellos”, comentó sobre las recomendaciones del grupo asesor. En cuanto a qué forma podría adoptar G&T después, Carranza dijo que el Departamento de Educación (DOE, por sus siglas en inglés) está “participando en un estudio muy profundo de investigación. Estamos viendo lo que otros sistemas escolares están haciendo en todo el país”.
Desde su nombramiento en 2018, Carranza ha promocionado la necesidad de la integración en las escuelas, ampliando los temas de destrucción de la desigualdad y la discriminación dentro de ellas.
En la mesa redonda, el canciller de escuelas promocionó los aumentos en el aprovechamiento estudiantil en los últimos años, señalando las ganancias de las escuelas públicas en los exámenes estatales de inglés y matemáticas en 2019. Más del 47 por ciento de los estudiantes de las escuelas públicas cumplieron con los estándares de competencia en inglés. En matemáticas, el 45.6 por ciento de los estudiantes cumplieron con los estándares, un aumento de 2.9 puntos desde 2018.
Carranza también señaló que las escuelas públicas de la ciudad lograron tasas de graduación récord y bajas tasas de abandono, así como una disminución en el ausentismo y las suspensiones de estudiantes.
“Los indicadores que deberían estar subiendo están subiendo, y los indicadores que deberían estar bajando están bajando”, dijo.

El año escolar 2018-19 marcó la primera vez que los estudiantes que asistieron a Pre-K para Todos tuvieron la oportunidad de tomar exámenes estatales, con los estudiantes que estuvieron inscritos en Pre-K superando a quienes no lo estuvieron. La brecha de aprovechamiento entre los estudiantes blancos y sus homólogos negros y latinos fue menor para los que asistieron a Pre-K, de acuerdo con las estadísticas del DOE.
“Por primera vez en la ciudad de Nueva York, tenemos la evidencia de que Pre-K continúa reduciendo la brecha de aprovechamiento”, dijo Carranza.
Promocionó el lanzamiento del DOE de un “marco de liderazgo educativo”, que crea equipos dedicados a la instrucción y permite que las escuelas individuales tengan más poder para elaborar planes de estudio.
Carranza dijo que el Plan Bronx -una iniciativa para reforzar a las escuelas públicas del Bronx con recursos adicionales y ofrecer bonos a los maestros de más de $7,000 dólares para convencerlos de que asistan a escuelas con dificultades de contratación- ha mejorado los niveles de dotación de personal en el condado. Explicó que las escuelas del Bronx tenían casi un 100 por ciento de personal al comienzo del año escolar actual.
Expresó su apoyo a un programa de residencia de maestros, propuesto por el Scott Stringer, contralor de la ciudad, y respaldado por la Federación Unida de Maestros (UFT, por sus siglas en inglés), que emparejaría a los maestros en capacitación con un mentor en un aula de una escuela pública durante su último año de posgrado, y también ofrecería un estipendio de $30,000 dólares anuales.

Señaló que colaboró con la Universidad de Stanford en un programa de residencia de maestros mientras dirigía el sistema escolar de San Francisco.
“Pero los programas de residencia son muy caros: la pregunta es cómo obtener esos fondos”, preguntó.
Carranza expresó su firme apoyo a otra recomendación del SDAG: la eliminación de la prueba de ingreso a las preparatorias especializadas (SHSAT, por sus siglas en inglés), que sirve como el único criterio para la admisión a la mayoría de las nueve preparatorias especializadas de la ciudad.
“No me estoy alejando de mi creencia de que una sola prueba no es la forma más efectiva de dar esa oportunidad a los estudiantes”, dijo.
Comentó que el hecho de que haya una ley estatal que exija una sola prueba para ingresar a las mejores preparatorias de la ciudad es “ridículo”.
“Me estoy reuniendo con comunidades y grupos que se han sentido privados de este proceso y continuaré haciéndolo. Pero déjenme ser muy claro, como educador, no hay ninguna razón, ya sea en la investigación, en la práctica o en la utilidad, que exija una sola prueba como la mejor forma de medición”, dijo Carranza.
“¿Cómo puede ser esa la visión para las escuelas públicas en la ciudad de Nueva York? No puede serlo”.
